Augusto López Valencia aseguró que solo quiere una frase que lo identifique. “Prometo que, en los pocos o muchos años de vida que me quedan, continuaré cumpliendo con la obligación que me he impuesto de trabajar por el progreso de mi departamento y por el bienestar de todos los antioqueños, y por ello espero que mis herederos y mis conciudadanos podrán decir, cuando yo muera, vivió mucho, y se cansó poco”.
Estas palabras resonaron fuerte durante el homenaje que el Gobernador Luis Pérez Gutiérrez le hizo a Augusto López Valencia, al entregarle el Escudo de Antioquia, categoría Oro.
Viejos amigos y “socios” en todas las campañas políticas del hoy gobernador, López Valencia y Pérez Gutiérrez fueron acompañados por casi todos los empresarios antioqueños no pertenecientes al Grupo Empresarial Antioqueño y por dirigentes políticos como los exalcaldes y exgobernadores Juan Gómez Martínez y Luis Alfredo Ramos, además del director de Fenalco Antioquia, Sergio Ignacio Soto, el vicerrector de la UPB, Luis Eduardo Gómez Alvarez, el senador Iván Agudelo y otros dirigentes más o menos «famosos».
¿Quién es Augusto López Valencia ?
Augusto López Valencia, nació en Santo Domingo, Antioquia y se graduó como ingeniero electricista de la Universidad Pontificia Bolivariana.
En Cervecería Unión iniciaría una protagónica carrera profesional que lo llevaría a ocupar la presidencia de Bavaria S.A., durante 14 años, posicionándose como uno de los hombres más poderosos que ha tenido el país.
Y es que desde ese grupo manejaba los medios de comunicación (Caracol Radio y Televisión), la única aerolínea grande del país (Avianca), la cervecera por excelencia (Bavaria), el gas del país (Gases del Caribe), uno de los bancos más fuertes (el Banco Comercial Antioqueño), la mayor empresa celular (Celumovil), la mayor ensambladora (Sofasa), la aseguradora que se ganaba todos los contratos estatales (Colseguros) y tantas otras empresas que casi uno de cada cinco colombianos trabajaba para él.
Es decir, manejaba tanto poder que “era invitado y consejero de todos los presidentes cuando se presentaba una crisis”, según dijo el Gobernador. Aunque sería más claro decir que, más que consejero, también era casi “dueño” de esos mandatarios que lo llamaban.
Porque, de su mano, el grupo Santodomingo pasó de ser “un grupo industrial de cerveza a un emporio que lo compraba todo” (Roberto Pombo, El Tiempo por Cárcel).
Pero llegaría su mala hora cuando, a nombre del grupo, pondría todos sus medios de comunicación a soportar la presidencia de Ernesto Samper, a pesar de la evidente financiación del cartel de Cali, y se volvería en el mayor auspiciador económico de la campaña de Horacio Serpa, quien sería vencido por Andrés Pastrana.
Julio Mario Santodomingo, entonces, necesitando tender un puente con el ganador, pronunció una frase que haría sonrojar hasta el propio Poncio Pilatos. “Es que allá dicen muchas cosas a mi nombre, con las que yo no estoy de acuerdo”.
¿Por qué no quieren los cacaos paisas a Augusto López ?
López Valencia entendió la indirecta y salió del grupo Santodomingo, pero fue mal recibido en Antioquia.
El entonces llamado Sindicato Antioqueño lo tenía vetado por la forma en que utilizó la “chequera abierta” para comprar empresas y meterse en el camino y en los intereses de los cacaos paisas
“Recuerdo otros momentos, no tan placenteros, en los cuales fui vilipendiado y juzgado por poner mi departamento en el mapa de inversores foráneos y nacionales… se me miró entonces con recelo y desconfianza, se juzgó como una falta gravísima cometida por uno de los suyos”.
Y la pena por la falta, gravísima, parece que sigue. A su homenaje no asistió ninguno de los “cacaítos” de hoy.
Por eso, quizá, aprovechó para clavar su “muy reconocido aguijón” a quien parece representarlos políticamente, resaltó el trabajo del mandatario paisa en medio “de ese gran hueco fiscal abierto y dejado por Sergio Fajardo”.
Finalmente, 15 años en el Grupo Santodomingo le dejaron una enseñanza pública y una privada. La segunda es que las chequeras de otros se acaban, y con ellas el poder omnímodo, y la primera es que hablar permite, como en estos momentos álgidos para el país, resolver los problemas.
“Cientos de veces me senté a conversar y a pactar con sindicalistas y aprendí que el diálogo, aun medio de tanta desavenencias, es la única llave que abre la puerta necesaria para llegar a acuerdos. Saldremos avante porque es el único camino, porque es lo que la democracia más vieja de Suramérica, ha aprendido en estos 200 años de ejercicio”.
Dos momentos también se resaltaron. El aplauso que pidió a los asistentes para las Fuerza Armadas, que se prolongó varios minutos, y cuando resaltó la cara educadora de Luis Pérez “Me une su interés permanente por la educación”, dijo al señalar que la Universidad Digital fue una gestión visionaria del gobernador.
Escuche las palabras de Augusto López Valencia :