Avianca la pobre aerolínea que ya no es ni de colombianos, ni colombiana, recibe un préstamo del gobierno de Colombia y se arma la discusión.

Gardeazábal analiza todas las variantes que rodean los casi 400 millones de dólaers que llegarán a Avianca la pobre:

«Si la vicepresidente de Avianca, doña María Paula Duque no fuera la hermana del presidente de la nación, el gigantesco préstamo que el gobierno nacional le ha concedido a la aerolínea Avianca para ayudarle, (de pronto ilusamente), a salir del atolladero donde se encuentra, el país hubiera aceptado que con los impuestos de sus ciudadanos se haya impulsado la salida avante de una empresa que ha hecho patria desde hace 100 años. 

Pero como además Avianca ya no es una empresa colombiana y la gran mayoría de sus accionistas ni son colombianos ni viven en Colombia y el domicilio de la empresa ya no es Barranquilla donde lo fue por muchos años, ni siquiera Bogotá sino Panamá, una gran parte del país mira con desconfianza la generosa actitud del gobierno de entregarles casi 400 millones de dólares a modo de préstamo sin garantías reales.

Y como también Avianca es una empresa de la cual su revisor fiscal informó hace unos días que había llegado al punto en donde era inviable revivirla y que las acciones del accionista mayoritario, el señor Efromovich, están pignoradas y controladas por no pago a otra aerolínea norteamericana usando la figura de una empresa paralela, a muchos colombianos les parece esfuerzo inútil meter a ese barril sin fondo toda esa mil millonada, cuando la plata está tan escasa y hay otros frentes de la actividad social y económica que requieren ayuda inmediata para revivir después de este pésimo manejo de la pandemia que nos dejó con las manos cruzadas a muchos compatriotas. 

¿Qué pasa en Colombia si Avianca no se recupera?

Pero como los ricos franceses y los siempre boyantes holandeses y el antiguo imperio británico y la señora Merkel y el señor Trump le dieron la mano con miles de millones de dólares a las empresas bandera de sus países, como Luftansa, Boac y KLM, Air France y otras, Colombia no podía ser ajena en la imitación de los ricos y así ya Avianca no sea las Aerolíneas Nacionales de Colombia como lo fue por más de 80 años,

Se trata de una empresa que donde no vuelva a levantar sus vuelos dejaría huérfana a un gran sector de la economía nacional y al borde de la ruina total al renglón del turismo, que ya de por sí ha pagado los platos rotos de los métodos medioevales fracasados para atajar la peste que nos consume.

Pero como hasta febrero regía el neoliberalismo y el mercado dizque manejaba sus angustias y problemas y los solucionaba,

El gobierno colombiano bien podría haber esperado a que los que tienen pignoradas las acciones o cualquier otra empresa aérea comprara los saldos de Avianca y su esquema de trabajo y otra compañía surcara los cielos colombianos en su reemplazo. 

No fue así y al gobernante y a su elenco les caen entonces toda clase de sospechas y como diría la Chimoltrufia, para que decir que no, si es sí».