Carlos Nieto y William Gutiérrez murieron con muy pocas horas de diferencia. Los dos médicos fueron los primeros empleados de la salud que le ganaron vidas a la muerte, pero perdieron la propia en la lucha contra el coronavirus.

Y este domingo, Joaquín Satizabal, empleado del hospital del Rosario, de Ginebra, Valle del Cauca, sumó una víctima más en la lucha de médicos y operarios de los hospitales contra el virus.

Satizabal era conductor de una ambulancia de ese centro de salud y no pudo superar una neumonía que contrajo durante su trabajo.

Por su parte los médicos Carlos Nieto y William Gutiérrez fueron llamados “héroes” por sus compañeros de trabajo, destacando que prolongaron sus jornadas laborales mucho más allá de lo que se recomendaba y que en algunos de esos momentos, se infectaron por el coronavirus.

Carlos Nieto, a sus 33 años, murió dejando dos hijos pequeños. Una niña de cuatro años y un bebé de 12 meses de nacido, quien está bajo observación por probable infección del virus.

En su despedida, todos sus compañeros de la Clínica Colsanitas, en Bogotá, formaron una calle de honor, que aplaudía al carro fúnebre y sobre él, una cinta morada y una frase: “Aquí va un Héroe”.

Su padre, Carlos Fabián Nieto, había llegado pocas horas antes desde Apartadó, Antioquia, para despedir al mayor de sus tres hijos.

«Él se vino de los Llanos hace dos años porque su sueño era especializarse como internista, porque le gustaba trabajar en UCI, esa era su pasión”, dijo a RCN.

William Gutiérrez,por su parte, formó su vida profesional en la Fuerza Aérea, pero ni ser coronel le gustaba tanto como ser anestesiólogo.

Murió en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Militar de Bogotá, al no lograr superar una neumonía asociada al virus.