Cartagena, nuestra amada ciudad, está cambiando. Pero al parecer para mal, según el análisis de Gustavo Álvarez Gardeazábal, @ElJodario, en www.rutanoticias.co:

“ALGO LE PASA A CARTAGENA   

Cartagena ya no es la misma.

Y no apelo a la memoria de cuando Martínez Martelo la dirigía o cuando José Domingo Rojas fue alcalde electo la primera vez en 1988. Apelo a mis recuerdos de niño, de adolescente, de conferencista, de escritor, de propietario de un pequeño segundo hogar, de bañista de las playas, de remoto parrandero. Son más de 60 años yendo y volviendo a Cartagena quizás para recordar con más afecto que nunca las tertulias con Eduardo Lemaitre, con Héctor Rojas Herazo, con Judith Porto.

Quizás por ello, y por muchas cosas que puedo haber vivido y gozado en sus calles y en sus playas, entre medio de su gente o por haber leído y seguir leyendo gran cantidad de textos sobre sus orígenes, su formación, su singular grito de independencia, su mescolanza de razas y colores.

Por todo ello siento que a Cartagena le picó algún bicho que la tiene oliendo maluco cada que llueve, que ya no recogen la basura religiosamente cada madrugada en las playas, tampoco la de los contendores hediondos que colocan cada 3 o 4 cuadras como monumentos a los desperdicios que se van acumulando a su alrededor para levantarlos solo cuando hieden.

Pero es que los balcones de las viejas casonas se están desbaratando y cada vez hay más casas históricas abandonadas pero el alcalde prefiere gastarse 12 mil millones tumbando un edificio que no le dañaba el carácter de ciudad histórica en vez de intervenir, con esa plata, 50 casas y 50 balcones para conservarle, ahí sí, ante la Unesco el sabor de la ciudad que nos enseñaron a querer desde niños.

Lo grave empero es que en una ciudad que ha sido fogón de mestizajes y epicentro nacional, está floreciendo la fobia contra los turistas, quizás porque abundan los negros ricos de USA y las Antillas o porque la huella económica y estética que ha asustado a los dediparados riquitos moralistas de Castillo Grande la está dejando el turismo masivo que antes iba a San Andrés y ahora se volcó todo hacia Cartagena.

Algo molesta y se siente cada vez más.

Gustavo Álvarez Gardeazábal. El Porce, agosto 21 del 2024

Escuche el audio de @ElJodario aquí: