“La Casa de Nariño les cerró la puerta en las narices a los señores del fútbol”, dice Gardeazábal en sus crónicas del enchuspado para este viernes.

Agrega Gardeazábal que los dirigentes del fútbol se volvieron “garosos” y dueños de una “terca ambición” y por eso la casa de Nariño le dio una rápida respuesta a su débil propuesta de reiniciar el fútbol nacional.

Estas son las crónicas del enchuspado, en audio, de Gardeazábal para Ruta Noticias:

“Ellos creyeron que mandándole al gobernante un protocolo parecido a toda la cháchara que diariamente el jefe de la tribu explica sobre el corona y la cuarentena, (pero nadie entiende), les darían permiso para jugar partidos de fútbol con los estadios vacíos.

Creyeron que entrando en los detalles escabrosos del manejo de salubridad, especificando que es a través de la puerta de maratón por donde pueden ingresar los jugadores a la cancha, ofreciendo la garantía de los exámenes con la prueba del corona o el número de médicos etc, etc, les darían el visto bueno para arrancar de nuevo.

Pero no solo se les olvidó en esas 80 y pico páginas de protocolo incluir la presencia de un desfibrilador en la cancha (como lo obliga la Fifa) sino que no mencionaron para nada lo que interesaba al brujo greñudo que asesora al jefe de la Casa de Nariño: que los partidos volvieran a ser el punto de unión de todo el país a través de la televisión abierta.

Como la troika que maneja el fútbol colombiano se embarcó en el negocio fatuo y excluyente de Win Plus y las esperanzas de plata por las regalías de televisión se volvieron su terca ambición. Como a ellos no les interesaba ofrecerle al gobierno la cabeza de Win Plus en bandeja ni mucho menos facilitarle al Gobierno que abriera una adjudicación equilibrada y justa para que los tres canales pudieran trasmitir los partidos y todos resultaran ganando. Como a ellos se les olvidó que a la Casa de Nariño, y en especial al asesor greñudo, lo que querían facilitarle al pueblo colombiano es un espectáculo que no solo lo vieran los que podían pagar una suma mensual sino todos los colombianos. Y fundamentalmente que hiciera olvidar frente a las pantallas del televisor toda la carga negativa que nos ha dejado esta bendita peste, la Casa de Nariño les cerró la puerta en las narices por garosos.

Pero todo puede arreglarse todavía si comienzan por aceptar la propuesta de Iván Mejía de que la troika que maneja el fútbol colombiano debe desbaratarse y ponerse a la misma altura de los otros países miembros de la Fifa. Es decir que solo haya una única directiva para el futbol nacional profesional o aficionado, de clubes o de la selección nacional.

Si comienzan por macerar esa propuesta pueden dejar los complots para desbancar al señor Vélez y olvidarse de las fallidas esperanzas en los cortes de cabezas que Luis Bedoya pueda hacer si habla en el juicio que le harán en Nueva York. Y, por supuesto dejarán de asustar con los cajones del escaparate que dizque serían capaces de mover Jesurúm y González si los tocan.

La oportunidad se la pintan calva al fútbol colombiano para concertar con el gobernante una opción de vida que nos unifique alrededor de la pelotera en que ha terminado siendo el juego con el balón.