El coronavirus mató a las demás enfermedades, quizá porque cada día que pasan los infectados en una cama UCI, vale $ 2.702.027.
En el año 2018 murieron 191.865 personas, es decir 526 cada día, por homicidio, enfermedades del corazón y accidentes, como tres causas principales.
Pero desde marzo de este año 2020, el coronavirus mató a las demás enfermedades porque, al parecer, funerarias y hospitales estarían legalizando las muertes señalando como causa principal al virus.
Es indudable que alrededor de los pacientes fallecidos por Covid-19, han montado un lucrativo negocio. Tan lucrativo que ya se conocen numerosas denuncias en todo el territorio nacional, de familiares de víctimas que no murieron por el Covid-19, pero que, inexplicablemente para ellos, hospitales y clínicas los hacen sepultar así, sin ni siquiera permitir que se despidan de ellos sus seres queridos.
En la nota siguiente, El Reverbero de Juan Paz publica las tarifas establecidas por el Ministerio de Salud por paciente de Covid-19, las cuales explican por sí solas lo lucrativo que es hacer pasar el fallecimiento de un paciente por muerte natural, o por cualquier otra causa, como si hubiera muerto por el coronavirus.
¿Pero dónde está el Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal?
El Reverbero de Juan Paz publica hoy dos desgarradores testimonios de dos hijas, quienes sufrieron recientemente estas macabras experiencias por la muerte de su papá, uno, y su mamá la otra.
En ambas historias hay coincidencias:
Cuando los pacientes ingresaron, uno al hospital Pablo Tobón, y la otra a la Clínica del Sagrado Corazón, les hicieron las pruebas covid-19 y en ambos casos salieron negativas.
¿Funerarias y hospitales asaltan al gobierno y la salud?
Cuando fallecieron, el uno en la Clínica León XIII a donde fue trasladado por petición de la EPS, y la otra en el Sagrado Corazón, reportaron que murieron por Covid-19.
En ambos casos hubo problemas con las funerarias para la entrega de los cuerpos. A la hora de escribir esta denuncia no habían entregado las cenizas de la mamá, porque, según la funeraria, les deben hacer la prueba del Covid-19, después de salir de un horno crematorio a 900 grados centígrados.
¿Y dónde está el Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal?
Pero hay más, a la hija del segundo caso, de la señora que murió en la Clínica del Sagrado Corazón, le permitieron estar al lado de su mamá hasta los últimos minutos, sin los protocolos exigidos. Y pese a su exigencia no le hicieron la prueba covid-19.
Ambos casos ameritan que el Gobierno atienda estas las denuncias sobre estos casos porque se constituyen en un verdadero atraco a la salud.
En lugar de sentar al ministro de Salud, Fernando Ruiz y al Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, a hablar de tantas maravillosas promesas que no se ven en la calle, que se vayan a investigar por qué reportan como muertos por covid-19, fallecidos por otras causas distintas.
Y el diario El Colombiano denuncia que, en varios municipios del país, algunas alcaldías firmaron millonarios contratos con funerarias para cobrar por la cremación de pacientes por Covid-19 y algunos de ellos aun sin existir las víctimas. Escuche la denuncia:
Entonces, ¿dónde está el Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, para que les diga a los colombianos, ¿cuántos muertos son los muertos reales del Covid-19, y cuántos de ellos le sirven a la corrupción de clínicas y funerarias?