El manto de dudas sobre Álvaro Guillermo Rendón y su capacidad para gerenciar Empresas Públicas de Medellín nació desde el mismo día que se conoció su nombre como gerente de EPM.
Su historial al derrochar en la gerencia de Coomunicipios y el ser contratista del Estado, así después pasara sus acciones a su familia, para poder posesionarse, se ratifican en la catástrofe que es hoy EPM, desconocida en su buen nombre crediticio y reputacional.
Ahora, 160 directivos de EPM le piden que demuestre que puede liderar a EPM y defender “con valentía el honor de la empresa”.
Aunque son claros en que el manto de dudas sobre Álvaro Guillermo Rendón está también fundamentado en querer convertir a la empresa en instrumento de politiquería y polarización.
¿Qué le dicen 160 directivos al gerente de EPM?
Señor Gerente:
Luego de escuchar atentamente su “Mensaje para la gente EPM” y del profundo análisis de tantas publicaciones que se han hecho respecto al momento que vive nuestra empresa, un número cada vez más creciente y mayoritario de directivos, hoy poco más de 160, basado en el conocimiento y compromiso institucional, consideramos importante presentarle nuestra visión sobre el estilo de liderazgo gerencial que requiere EPM.
Es importante precisar, en primer lugar, que coincidimos con el Sindicato de Profesionales SINPRO en cuanto al resquebrajamiento del gobierno corporativo de la empresa y la imperiosa necesidad de retomar el rumbo de EPM, con todo lo que ello implique. Por lo tanto, es pertinente expresarle explícitamente las características que debe tener quien ostenta el privilegio y honor de conducir nuestra empresa.
El líder del Grupo EPM, como todo el talento humano de la empresa, debe tomar decisiones fundamentadas en análisis integrales que cuenten previamente con la valoración objetiva de todos los rigores que nos han caracterizado: técnico, jurídico, financiero, social, ambiental y reputacional, y no ceñirse solo a la variable jurídica.
Resulta comprensible que un gerente se rodee de un equipo directivo de primer nivel de su confianza, pero éste debe cumplir con todas las condiciones legales y de idoneidad requeridas para prestar sus servicios a una organización como la nuestra, entre ellas, integrarse a todos los equipos de la empresa, cuyo conocimiento, capacidad de análisis, de disentimiento y de rigor han permitido que EPM sea la más importante empresa de servicios públicos domiciliarios del país.
Liderar a EPM exige caminar de la mano de los objetivos organizacionales y de la planeación a largo plazo, orientados a generar bienestar a las comunidades en las que tiene presencia. Liderar a EPM exige apartarse de intereses ajenos a los propósitos institucionales y a su objeto social; exige tomar total distancia de quienes utilizan nuestra empresa como instrumento de politiquería y polarización; exige defender la gobernabilidad y la autonomía, incluso del propio alcalde de Medellín, por más que su dignidad lo lleve a presidir la Junta Directiva de la empresa.
Liderar a EPM exige defender con valentía el honor de la empresa y al talento humano, que ha participado en las discusiones más trascendentales para la toma de decisiones colegiadas en diferentes escenarios, incluida los de Junta Directiva y los Comités de Gerencia, por lo que el manto de duda que hoy se tiende sobre la empresa, es un ataque directo a todos los trabajadores, por lo que resulta lamentable e incomprensible la indiferencia mostrada por usted ante estos hechos. Un mero discurso no cambia las cosas.
Usted se ha mostrado como un líder contrario a todo lo que hemos expresado. EPM necesita retomar su rumbo y concentrarse en las tareas prioritarias que tanto se han indicado, como la continuación y puesta en operación del proyecto Hidroituango, la operación de Caribe Mar, la situación financiera post pandemia y el continuar prestando nuestros servicios con calidad y cobertura, lo que no puede hacerse desconociendo el gobierno corporativo y menospreciando al talento humano.
Usted no ha mostrado, hasta ahora, la firmeza que se espera de un líder, de asumir la defensa de la empresa de quienes la atacan, no ha mirado hacia adentro y en lugar de ello ha contribuido a alimentar una polarización que solo produce daño a nuestra organización, a la ciudad, a la región y a todo el país.
EPM tiene que retomar todas las prácticas históricas que la han hecho grande y tiene que reedificar su gobierno corporativo, que no es otra cosa que actuar con transparencia, incluyendo la participación del talento humano. Nosotros, como directivos, debemos ser inspiradores para nuestros equipos de colaboradores, debemos ayudar a mejorar el clima organizacional y a restaurar la armonía, necesarias para afrontar los retos que tenemos. A un equipo dividido, atacado y cuestionado le cuesta sacar adelante a la empresa. Nuestro único interés es ese precisamente, contribuir a la sostenibilidad de EPM para que siga siendo la fuente de bienestar y progreso que ha sido durante 65 años