El Medellín alegra con el fútbol agresivo que despliega en los primeros tiempos de sus últimos partidos, pero no se entiende por qué decae en la etapa final.
Lo vivido ayer en Bogotá, cuando en el primer tiempo fue amplio dominador sobre Millonarios, y se fue al camerino con un 2 a cero a favor, pareció la película vivida en el estadio Atanasio Girardot tres días antes, cuando goleaba cómodamente al Nacional (con un resultado 3 a 1 en el primer tiempo).
En el segundo tiempo, en Bogotá, las cosas cambiaron y Millonarios, en inferioridad numérica por la expulsión de uno de sus jugadores, empató 2 a 2 y dejó al Medellín por fuera de la final de la Copa BetPlay Dimayor.
Buen resultado para el rojo porque pareciera que el equipo ya asimila la figura de ataque que quiere el técnico David González, pero malo porque con el 2 a 0 inicial se iba a tanda de penales y podía aspirar a la final de la Copa y así llegar, desde ya, a torneos internacionales.
Tiempo al tiempo se pide y más cuando se cambia de estrategia de juego, esperemos que la “presión” de los aficionados deje consolidar el proceso, o, por el contrario, entrar a la eterna cambiadera de técnicos, que hasta hoy nada bueno produce.
En su próximo juego, el Medellín recibirá este sábado, en el Estadio Atanasio Girardot, al América de Cali.