El negocio de las Cámaras de Comercio preocupa a Gardeazábal. El manejo de los datos de los comerciantes es casi delictivo.

En «Crónica de Gardeazábal» una nueva denuncia sobre el negocio de las Cámaras de Comercio y los cuestionamientos de la Superintendencia:

“Aunque el presidente de Confecámaras, Julián Domínguez,

Y  los dignatarios de las distintas Cámaras de Comercio del país nsistan equivocadamente  en afirmar que los líos que la Superintendencia de Industria y Comercio está descubriendo en el manejo de esas instituciones es el problema de algunas manzanas podridas,

El asunto está pasando de castaño a oscuro y cada vez se va haciendo más urgente

Que el Estado asuma la reestructuración de todas las Cámaras de Comercio.

¿Quá Cámaras de Comercio son denunciadas?

No pueden quedarse quietos

Ni los gobernantes ni los congresistas ni mucho menos las directivas de Confecámaras

Frente a una seguidilla de problemas que están  mostrando lo que ocurre en el interior de esas entidades otrora líderes cívicos y comerciales del emprendimiento regional.

La información suministrada este fin de semana por la SIC

Sobre la manera indecorosa, cuando no delictiva,

Como las Cámaras de Comercio de Ibagué, Cúcuta y Pereira, por lo menos,

Han estado usando los datos entregados por los comerciantes y empresas que se inscriben en sus páginas web para realizar los trámites que la ley exige y les privilegia, es para espantarse.

La SIC afirma que como ellos son la autoridad nacional para la protección del habeas data,

Han encontrado que por lo menos en esas tres Cámaras de Comercio recolectan datos sin autorización,

No informan a las personas y empresas la finalidad de recoger los datos que piden y los más grave, que callan cuando esos datos son negociados a quien los necesite para proyectar el desarrollo económico de sus empresas.

Ya había sucedido hace unos años en Barranquilla algo similar.

Hace unos meses nos lo contaron que podría estar pasando en la Cámara de Comercio de Pereira cuando usaron esos datos, presumiblemente, para orientar la elección de los dignatarios de Comfamiliar de Risaralda, y generaron preocupación porque el gerente y el presupuesto de la campaña usado para las elecciones en donde se decidía quien manejara esa Caja de Compensación, parecían obedecer a determinaciones de quienes dirigían la Cámara de Comercio de la querendona y trasnochadora ciudad.

Demasiado grave para que no se haga algo antes que se vuelva una pandemia y todas las manzanas resulten podridas.

Gustavo Álvarez Gardeazábal