Durante dos semanas Álvaro Leyva Durán señaló que escribiría una carta al presidente Gustavo Petro donde señalaría algunos hechos graves que soportó o atestiguó durante su paso por el gobierno, como canciller. Pero pocos esperaban que en uno de sus párrafos asegurara ya públicamente lo que muchos colombianos pensaban, que el mandatario es un drogadicto.

Ya otras personas lo habían “insinuado”:

Primero Armando Benedetti cuando, según audios publicados por la Revista Semana, cuestionaba a Laura Sarabia porque no lo habían nombrado ministro, dado que se encontraba en un tratamiento para superar su adición a la drogas…“… Después de todo, ella me dice: “no, es que hay un problema de cocaína, no sé qué vaina… La hijueputa diciendo que había un problema de cocaína…y yo le dije …ah, no, tu jefe no hace un culo, si fuera por eso, ¿Qué hace el man ahí?”, dijo Benedetti en la entrevista.

PUEDE LEER: https://rutanoticias.co/armando-benedetti-nos-caemos-todos-hijueputay-sus-frases-famosas/

También lo había insinuado la periodista María Jimena Duzán, quien en una carta publica al presidente Gustavo Petro le había preguntado si él era “drogadicto”. La respuesta de Gustavo Petro se volvió famosa, porque se utilizó de ahí en adelante para nombrar a las drogas…”solamente soy adicto al café”, contestó en ese momento Petro.

¿Qué dice Álvaro Leyva de Gustavo Petro?

Y esta mañana de miércoles llegó la confirmación de las adiciones del Presidente Gustavo Petro, gracias a la carta, de 4 páginas, de Álvaro Leyva Durán:

“…Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de drogadicción… su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar». «La ocasión en que usted se desapareció dos días en París… Momentos embarazosos para mí como Canciller. Y mucho más cuando supe en dónde había estado».

 «Ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo..

“…Los recuerdos que todavía tengo frescos de episodios ocurridos, siendo yo el primer testigo, me producen aún desazón y desconcierto… uno de ellos es la ocasión en la que usted desapareció dos días en París durante una visita oficial. como si la inteligencia francesa fuera incompetente como para no haber conocido de su paradero… momentos embarazosos para mí como persona y como su canciller y muchos más cuando supe dónde había estado”