El trágico año 2020 cerca de 43 mil colombianos murieron a causa del coronavirus y 1.700.000 personas fueron contagiadas.
Entre los muertos, la “Crónica de Gardeazábal” resalta los amigos que murieron y a los que no se pudo dar un último adiós en este trágico año 2020:
“A los que tenemos 75 años hace tiempos que no nos invitan a fiestas de 15.
Eso sí, acudíamos con alguna frecuencia a los funerales de tantos contemporáneos que biológicamente cerraban su ciclo.
Empero, este año que hoy termina las oportunidades de marchar detrás de un féretro resultaron demasiado abundantes, aunque nulas.
Se me murieron más de una docena de quienes fueron por muchos años amigos entrañables y casi todos con sus pulmones vueltos una chicuca por culpa de la peste.
A ninguno de sus funerales pude asistir.
He tenido que llorarlos en silencio y volverlos a llorar mirando sus fotos y sus videos o leyendo sus cartas.
A ellos, como a casi 50 mil colombianos y a casi 2 millones de seres humanos en el resto del mundo no pudieron acompañarlos en sus minutos finales ni sus amores ni sus parientes ni sus amigos.
La peste terminó prohibiendo no solo los ritos funerarios sino condenando a la soledad del bip-bip del monitor de la UCI a todo el que era diagnosticado.
¿Por qué fue fatídico el trágico año 2020?
Recordarlos a todos ellos esta noche cuando termina el fatídico 2020 es un golpe duro en mi caso y debe ser muy doloroso en miles de hogares de este país aporreado.
En más de un rostro correrán las lágrimas cuando suenen las 12 campanadas o se consuman las 12 uvas o se destape el champán para brindar por los que se fueron.
Serán tragos amargos o cenas insípidas. No habrá jolgorio ni permitirán los abrazos.
A muchos les darán ganas de unirse férreamente a quienes han sobrevivido o de revivir los que se fueron así sea imaginando que los encontraran en lo profundo del agujero negro por donde han dicho este año que se entra al universo paralelo.
Para no anegarme en llanto mientras escribo estas letras no puedo ni debo mencionar uno a uno a esos amigos del alma que partieron en este año bisiesto.
Revestido de una dignidad agridulce para la ocasión, encerrado en la intimidad del hogar donde el alboroto ya no lo hacen ni siquiera los niños, que impávidos preguntan por los que se murieron, hago un esfuerzo para volver alegría y esperanza este vacío inllenable levantando la copa para ambiguamente brindar por mis muertos y al mismo tiempo por la salud que aún tenemos.
Mil gracias a tantos lectores y oyentes que me han seguido todo el año,!!! ¡SALUD en este 2021 que comienza!!! ¡SALUD!!!
Gustavo Álvarez Gardeazábal