Murió esta semana anterior Emma Núñez de Valencia y con ella se fueron las historias y recuerdos de la vereda Madrigal, en Tuluá.
A ella, a su sapiencia de ser humano especial, le rinde homenaje Gustavo Álvarez Gardeazábal @ElJodario:
“LA ENFERMERA DE LA VEREDA
Desde cuando compré mi primera finquita y poco a poco fui integrándome a la vereda y a sus gentes, entendí que la líder del pequeño conglomerado era la enfermera. Ella vivía, y siguió viviendo hasta su muerte, a orilla de la curva del Cauca donde se hundió hace 100 años el buque Caldas.
Como visitaba a todos y cada uno de los hogares, conocía desde las nalgas peladas de sus habitantes hasta el vaivén menudo de las cosas.
Durante casi 60 años la vi liderando todo. La construcción del Puesto de Salud, del acueducto y la escuela. Fue a cursos de aprendizaje para dejar de ser empírica y terminar adscrita al Servicio Nacional de Salud. Su prestigio y respeto creció a lo largo del carreteables que llevaba de Riofrio a Roldanillo y como todavía no llegaba la burocracia estatal y el Seguro Social solo alcanzaba para atender a los afiliados, ella se volvió necesariamente el puesto de enlace con los hospitales y de palanquín ante los políticos que manejaban aquél desorden a discreción.
Pero en especial, fue la ayudante de los traslados, que ahora hacen las ambulancias, y la compañera final de los moribundos a quienes les despedía recitándoles los mil jesuses. Hizo de partera de muchos que nacieron en esta zona que antes se llamaba “la otra banda”, desde El Porce a Ricaurte, y se hacía guardar tanto y tan gratamente en la memoria que el sábado pasado su funeral fue presidido en la capillita de la vereda, por el padre Mauricio y discurseado por José Luis, el exitoso peluquero de las grandes ciudades, ambos a quienes ella les cortó el cordón umbilical al nacer.
Obviamente la enfermera de Madrigal, la líder nata de toda una región, doña Emma Núñez de Valencia, fue desplazada con creces y modernidades cuando llegaron las EPS, el médico vino cada semana al Puesto de Salud y los enfermos pidieron cita por celular para ser atendidos.
La masiva asistencia de su numerosa prole, y la de centenares de hijos y nietos de quienes fueron habitantes de la zona que gozó de su liderazgo, forjaron larga calle de aplausos en su honor diciéndole adiós a una Colombia rural que se nos fue.
Gustavo Álvarez Gardeazábal. El Porce, julio 22 del 2024.
Escuche el audio de Gardeazábal aquí:
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