En Empresas Públicas de Medellín se necesita diálogo e ideas conjuntas, dice la “Crónica de Gardeazábal”.

Además, en Empresas Públicas no se necesita «ni pellizco ni puñalada», para no llevarla a un “campo de batalla que se tornaría peligroso e inmanejable”.

«Crónica de Gardeazábal» para www.rutanoticias.co:

“Parece que el deseo de camorra, barbera en mano y poncho en la otra, preside el inmediato futuro de Medellín.

La insensata propuesta del expresidente Álvaro Uribe de intervenir a EPM desde el gobierno central fue respondida por el alcalde Quintero con agresividad populista.

El doctor Uribe al solicitar la medida a la Superservicios no midió la magnitud de la grosería que estaba cometiendo con su tierra antioqueña.

Pedirle al gobierno bogotano que acuda a ayudarles a administrar a EPM, es darle un bofetón a toda una región que, por encima de errores e imprudencias en el manejo de las Empresas Públicas, se ha sentido orgullosa de saberla manejar y de haber conseguido posicionarla sin más manos que las netamente antioqueñas.

El alcalde Quintero obcecado en su batalla por demostrar las componendas del empresariado antioqueño en el manejo de EPM y convencido como está de que la campaña de desprestigio que le han montado proviene del uribismo, tampoco midió la magnitud de su respuesta y se dejó llevar de la metodología populista para exagerar la afrenta no para controvertirla y dijo que Uribe andaba proponiendo “expropiarle” a Medellín sus Empresas Públicas.

Se equivocaron ambos. Una cosa es un pellizco y otra una puñalada. Una cosa es entender la realidad y otra provocar lo imaginario para conseguir cauda.

¿Cómo solucionar la crisis de EPM?

La solución de la crisis que soporta EPM desde cuando se metió al mismo tiempo en Hidroituango, en Antofagasta y en Panamá, y en todas tres de manera demostradamente equivocada, no se encuentra ni en llevar el tema al estadio político ni menos el de volver lo que debe ser una búsqueda inteligente de ingeniería y finanzas al nivel de una pelea de cafetín de carrilera.

Tanto Uribe como Quintero representan de una y otra manera la voluntad del pueblo paisa y lo que deben propender es por espacios de diálogo y de ideas conjuntas.

Si a la trinchera que arma el alcalde se une la de Uribe y ahí está todavía la otra que forma el malestar del empresariado antioqueño actuando como plutócratas enfurecidos, el campo de batalla se tornaría en peligroso e inmanejable.

Gustavo Álvarez Gardeazábal.

Puede leer: https://rutanoticias.co/index.php/2021/02/02/daniel-quintero-no-tiene-equilibrio-emocional-dice-alvaro-guillermo-rendon/