EPM deja crecer la leishmaniasis en la zona cercana a Hidroituango, sin ofrecer ayuda a las comunidades, denuncia El Jodario, la columna de Gustavo Álvarez Gardeazábal para Ruta Noticias.

Según el Jodario, EPM no activa el Sistema de Vigilancia Epidemiológica ni pone al servicio de la comunidad el glucantime, que podría minimizar la presencia de esta enfermedad en cercanías a Hidroituango.

Estas es el Jodario, de Gardeazábal, para Ruta Noticias:

EPM SE NIEGA A COMBATIR LA LEISHMANIASIS
EN LA ZONA DE HIDROITUANGO:

  En un aviso de página entera en la revista Semana EPM informó que el mosquito de la leishmaniasis no se cría en el embalse de Hidroituango pero en ninguno de los 48 renglones del aviso, pese a que reconocen que en 2 de los municipios aledaños al embalse, Sabanalarga y Buriticá, se ha advertido por la comunidad un incremento de esa dolorosísima y estigmatizante enfermedad, son capaces de ofrecer el glucantime, el único medicamento que la combate.

Probablemente porque EPM piensa que todavía el Ejército tiene prohibido el expendio al público del glucantime porque así dizque obligan a los que hacen la guerra en el monte para que  tengan que  salir a los hospitales y ser vigilados y detenidos cuando buscaren salud.

O sencillamente porque la responsabilidad de EPM llega solo hasta demostrar que la leishmaniasis no es provocada por las aguas del Cauca detenidas en Hidroituango porque “en sus aguas no se reproduce la mosquita flebótomo hembra que la trasmite”.

Por alguna razón misteriosa o vergaja, en ningún momento ,y ni por la caridad cristiana que tanto enarbolan los paisas,  pone a la orden el dizque “Sistema de Vigilancia Epidemiológica” que dicen haber montado paralelo a la construcción de esa represa.

POR DONDE SE MIRE LO DE SIGIFREDO ES MUY GRAVE:

Lo que sucedió esta semana con Sigifredo López en las calles de Cali, casi al pie de la Biblioteca Departamental, y en donde pese a los numerosos balazos que se cruzaron él salió ileso (pero no así su escolta ni uno de los que pretendía atracar o sicariar) es muy grave cualquiera que sea la versión presentada o el resultado de la investigación, si es que la han hecho.

Si fue un atraco, como lo ha querido presentar el gobierno caleño, es una demostración de que los ladrones motorizados que se parquean en los semáforos de Cali a esperar su víctimas ni han sido combatidos, ni mucho menos han pretendido ser convencidos por las políticas de seguridad pregonada por el alcalde Armitage bajo el lema” no se deje robar, no de papaya”.

Pero si es un episodio más de esa maldita guerra que no parece olvidarse de Sigifredo ni de su cautiverio ni de haber sido el único los diputados secuestrados que no fue fusilado por las Farc, sería tan grave que cualquiera podría pensar que Sigifredo sabe más de lo que ha contado y están buscando callarlo o hay quienes no le han perdonado.

Lo curioso es el esfuerzo del staff policial que rodea a Armitage de insistir gozosamente en que se trataba de un atraco.

CAMILO ROMERO VOLVIÓ A VACIAR A DUQUE

El gobernador de Nariño ha adquirido una importancia especial dentro del contexto de gobernantes regionales no solo por la manera como maneja su departamento sino por la claridad con que ha asumido ese problemononón de tener 50 mil hectáreas sembradas de coca.

Con argumentos sólidos, con cifras, pero sobre todo con una dosis apabullante de sentido común, se ha opuesto públicamente ante el presidente Duque por las políticas generalizantes con que se pretende combatir la producción de cocaína y, en especial, al uso del glifosato.

Su tesis de que esas hectáreas de coca son de por lo menos 30 mil familias a las que debe buscárseles primero solución y no castigo, sigue vigente aunque los envidiosos crean que él por pastuso o por izquierdista no puede ni sabe hacer cuentas como patriota.