En los años 90 en la redacción del periódico El Mundo una voz llevaba tranquilidad en medio del corre corre de la Sala de Redacción. Un Señor que hablaba 4 o 5 idiomas, que saludada a cada persona que llegaba, fuera conocido suyo o no y que se llamaba Ernesto Ochoa Moreno.

Aunque pertenecía a la “elite” del periódico, que trabajaba más allá de una puerta de cristal que separaba a la redacción de la dirección y la subdirección, Ernesto Ochoa Moreno se mantenía más al lado de los periodistas que de sus jefes, quienes le exigían un editorial en la mañana y otra en horas de la tarde, cuando el vaivén noticioso desactualizaba el primero del día.

“Un gran señor, culto, sereno, periodista editorialista primero con la dirección de El Mundo y luego con la de Él colombiano”, señala el periodista José Ignacio Mejía a quien Ernesto Ochoa interrogaba sobre fútbol y ciclismo y después sobre política, cuando el redactor cambió de “fuente”.

Demasiado sencillo, demasiado ilustrado, Ernesto Ochoa resolvía en un segundo la duda de cualquier tema que se le preguntara, gracias a su inmensa capacidad académica “…fue Licenciado en Teología por la Facultad Teresianum de Roma y formado en Periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana y en la Universidad de Antioquia”, dicen las redes sociales sobre él.

“…Nos deja un legado de integridad intelectual, lucidez y amor por la cultura”, agregan otro periodistas que lo conocieron.

Ernesto buen viaje, y gracias por las muy entretenidas clases de francés en El Mundo y en El Colombiano.