Daniel Garcés Carabalí, ex embajador en Ghana del gobierno Gustavo Petro fue acusado formalmente por la Fiscalía de Colombia de violencia física y sexual contra su esposa, Beatriz Nieto, cadena de agresión que habría llevado a su separación.

Además, de otro delito más grave, acceso carnal violento contra su ex esposa, el cual habría cometido al forzar con un destornillador la puerta de la habitación de su ex esposa, donde estaba con sus hijos, y la habría halado de su cabello hasta llevarla al cuarto matrimonial y allí abusarla.

En la denuncia, la Fiscalía presentó a la madre de Beatriz Nieto como testigo de los abusos físicos y mental que sufrió la mujer durante su matrimonio.

¿Por qué capturaron a Daniel Garcés, ex embajador en Ghana?

“Ante un juez penal de control de garantías de Bogotá, una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia imputó al exembajador de Colombia en Ghana, Daniel Garcés Carabalí, como presunto responsable de los delitos de violencia intrafamiliar y acceso carnal violento, ambas conductas agravadas; fraude procesal y ejercicio arbitrario de la custodia de hijo menor.

“Los elementos materiales probatorios dan cuenta de que el ex diplomático habría ejercido un ciclo de violencia física, psicológica, económica y sexual contra su expareja, durante el tiempo en el que convivieron.

“En medio de este contexto de dominación y control sobre la víctima, la pareja se separó, pero las agresiones continuaron. En ese sentido, se conoció que una vez se enteró sobre una nueva relación sentimental que sostenía la mujer, Garcés Carabalí le arrebató la custodia de sus hijos y la privó de ejercer sus derechos como madre”, señala el boletín de prensa oficial de la Fiscalía de Colombia.

Para este propósito instauró acciones judiciales, obtuvo testimonios falsos y pruebas cuestionables para hacer creer a las autoridades que los menores de edad estaban abandonados y eran maltratados por la mamá. Producto de estas actuaciones, actualmente la víctima mantiene una comunicación intermitente con sus hijos y no los ha vuelto a ver.

El hoy procesado no aceptó los cargos formulados por la Fiscalía al señalar, durante la audiencia, “que los delitos nunca existieron”, que ha sido su declaración constante sobre la realidad de lo que pasó en su matrimonio.