Gustavo Petro está cumpliendo el sueño de los terroristas y guerrilleros que se alzan en armas contra el Estado y que quieren, por la violencia, o con amenazas, apoderarse de todo el gobierno.
Según el nuevo enfrentamiento de Gustavo Petro, que no es contra el fiscal sino contra la Constitución y los colombianos, él es jefe del Estado y Francisco Barbosa un “subalterno”.
Olvidando, el presidente de Colombia, que él es el jefe del ejecutivo y los otros dos poderes, legislativo y judicial, son autónomos.
Aun así, el guerrillero hoy electo desconoce la separación de poderes:
“… el fiscal olvida una cosa, que la Constitución le ordena, yo soy el jefe del Estado… por lo tanto el jefe de él”, dijo Gustavo Petro en una declaración donde los periodistas que viajaron con él, a España, no le repreguntaron.
Y más tarde, repitió su tesis contra la Constitución y los colombianos:
“… Quien es jefe del Estado, según orden constitucional, el Estado comprende todas las ramas del poder público, coordina esas ramas, les garantiza su autonomía, es el presidente de la república, el presidente de la República es el jefe del Estado en Colombia», agregó.
La respuesta del fiscal Francisco Barbosa fue contundente: “Si el presidente es mi jefe que me destituya hoy mismo y declare un golpe judicial, un golpe de estado”, dijo.
A la preocupación del Fiscal, sobre el ataque a la institucionalidad, se unió la Corte Suprema de Justicia de Colombia, la cual, a través de su presidente, magistrado Francisco Castillo Cadena, señaló que “El Fiscal General, quien ostenta calidades de magistrado de alta corte, no tiene superior jerárquico”.
Afortunadamente en Colombia existen contrapesos, que impiden que Gustavo Petro pase de guerrillero y terrorista a reyezuelo, o a dictador, como él y muchos seguidores quieren.
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