Gustavo Petro es drogadicto y borracho, insinúa escrito de Álvaro Leyva Durán

Gustavo Petro es drogadicto y borracho, dicen en todos los corrillos donde se habla del actual mandatario de Colombia Y ahora una columna del ex canciller Álvaro Leyva Durán pareciera confirmar esa idea.

Hay que recordar que Álvaro Leyva Durán fue canciller de Colombia durante este gobierno y desde que salió de su cargo ha escrito varias columnas que han dejado muchísimas dudas sobre quiénes nos gobiernan y sus reales capacidades, o más bien, de sus reales adicciones.

“…Me pregunto con suma preocupación sobre los efectos dañinos de los estupefacientes y el alcohol, tratándose de la persona que lidera las cimas del Estado y de algún estrechísimo colaborador suyo. ¿Qué se puede esperar ahora y en lo que resta por venir de ser aquello así? ¿Cuál sería la suerte de los colombianos y de la patria entera? “, dice en su mensaje.

Como se ve, Álvaro Leyva Durán no dice que Gustavo Petro es drogadicto y borracho pero su reflexión sobre los estupefacientes, el alcohol y las adiciones señalan a “…la persona que lidera la cima del estado…”.

¿Armando Benedetti es drogadicto?

Además de esas adiciones también sería parte “…algún estrechísimo colaborador suyo…”, a quien tampoco nombra directamente pero que hoy se comentaba sería el cuestionado ex embajador Armando Benedetti.

Además, agregó que “…nunca he tragado entero…”, para señalar que “…Fíjense ustedes: confirmar varias realidades para nada plausibles, tratándose de las cabezas mismas del gobierno al que pertenecí, ha sido labor harta, difícil y muy dolorosa. Realidades objetivas y serenamente consideradas, me he acercado a ellas…”

Ese texto del ex canciller Álvaro Leyva Durán recordó uno anterior donde señalaba a Laura Sarabia como «…la señora aquella…la canalla».

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Además, recordó dos momentos de la campaña electoral de Gustavo Petro, una cuando un escolta le entrega una sustancia que él lleva a sus narices. Y dos cuando, en aparente estado de alicoramiento, pronunció un discurso en Zipaquirá, donde sus palabras sonaban enredadas y confusas.