Otra vez Gustavo Petro se arrodilló.
Y puede ser la cuarta o quinta vez que lo hace…La primera vez pudo ser cuando su hermano y otros visitaron las cárceles para que los bandidos lo apoyaran en su campaña electoral, la segunda ante los presidentes del Senado y Cámara de Representantes y tuvo que entregarles 4 mil millones de pesos para que apoyaran sus programas de gobierno. La tercera ante los jefes de la mafia presos en Itagüí, a quienes sacó de la cárcel para mostrar un supuesto poder de “llegar a la paz” y ahora ante Donald Trump.
Incluso, hace pocos meses ya había «clarificado» sus palabras ante Donald Trump, cuando, a las 3 de la mañana, desautorizó el ingreso de aviones de Estados Unidos que traían a ilegales colombianos deportados desde ese país y pocas horas después cedió ante la amenaza del mandatario norteamericano de imponer altos aranceles a los productos nacionales.
Y este lunes se hizo masiva la carta donde Gustavo Petro se arrodilló ante Donald Trump, ante el “imperio” que decía tanto odiar y se retractó, con muchos silogismos de por medio, de sus palabras donde acusaba a congresistas americanos, y casi hasta el propio gobierno de ese país, de ser participes en un eventual golpe de estado.
¿De qué acuso Petro a Marco Rubio?
“Dice un presidente vecino que Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mí…señaló en una intervención pública en Cali…Y ahora, en su carta a Trump se tragó sus palabras al decir que quiere: “…»aclarar que cualquier expresión mía que haya sido interpretada como una acusación directa sobre la participación en un supuesto golpe de Estado en Colombia, no tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos»…
Y ahora rectificó señalando que “…reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido interpretadas como innecesariamente duras. En aras del diálogo, quiero decir que mi intención no es cerrar puertas sino mantener caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”.
La carta de arrodillada de Gustavo Petro al imperio es la siguiente:
