Hidroituango está salado o maldito. O ambos.

Justo cuando Hidroituango superó la catástrofe natural y los errores humanos que convirtieron cuatro billones de pesos en chatarra, le llegó otro desastre, se convirtió en foco del coronavirus.

Desde marzo del 2018 hasta este mes, Hidroituango ha ido recuperando la presa, los túneles, la sala de máquinas y el vertedero y cuando casi podía celebrar, las pruebas médicas realizadas a sus trabajadores mostraron que hay un foco del Covid 19 en la que iba a ser la principal central eléctrica del país.

Y eso que es solo una pequeña muestra, de 196 pruebas de coronavirus (COVID-19) realizadas el pasado martes 19 de mayo, 28 resultaron positivas.

Y faltan los resultados de 2.204 más que se hicieron a los trabajadores del consorcio CCCI, contratista del proyecto hidroeléctrico Ituango.

Según un boletín de EPM, “hasta el momento, los contratistas positivos por COVID-19 tienen síntomas leves de la enfermedad, por lo que se ha dispuesto de un espacio dentro de los campamentos del Proyecto, adecuado para que permanezcan aislados y bajo la observación de un equipo de ocho médicos, quienes con el apoyo de la Cruz Roja brindan los cuidados a los pacientes, mientras se realiza su traslado de manera segura y con todos los protocolos a Medellín”.

¿Hacia dónde llevará Hidroituango a los enfermos ?

Pero, posteriormente, la empresa, en coordinación con las autoridades de Salud, movilizará las personas infectadas con COVID-19 hacia Medellín por dos razones principales: facilitar una atención hospitalaria y oportuna por parte de sus EPS, en caso de que se requiera, y defender a las comunidades cercanas al Proyecto de la propagación del virus.

Además, al evitar que personas contagiadas se desplacen a sus localidades de origen para su atención o recuperación, se protege la salud de las poblaciones.

En Medellín los contratistas contagiados por el nuevo coronavirus permanecen en instalaciones aisladas y cómodas para facilitar su descanso y recuperación, y están bajo el seguimiento del equipo médico de las EPS, que vigila la evolución de los síntomas y vela por el bienestar de los pacientes.

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