Iván Duque con la minga indígena y con el fracaso de sus objeciones, rechazadas por la Cámara de Representantes sufre “sopapo” tras sopapo, dice Gustavo Álvarez Gardeazábal en El Jodario.

Según Gardeazábal, a Iván Duque, con el acuerdo con la minga indígena, “Uribe se lo comió a tuiterazos y lo hizo ver tan incapaz y tan flojo como lo había mostrado internacionalmente el presidente Trump por no cumplirle en sus promesas frente a las drogas”.

Este es El Jodario, sobre Iván Duque que publica Gardeazábal:

“No le pega a una. En un sopapo sin antecedentes, por 110 votos contra 44 le remacharon en la Cámara el rechazo a su intención de modificar la Justicia Especial para la Paz. 24 horas después volvió y se ranchó en que no hablaba ante los indígenas reunidos en la plaza de Caldono sino en un colegio y para un grupo escogido de ellos.

“Durante 26 días se había ranchado igual a que no hablaba con ellos si no despejaban la carretera. Negoció el desbloqueo por 800 mil millones y como por arte de magia el Fiscal nos advirtió a todos los colombianos que querían matarlo el día que se reuniera con los mingueros.

Iván Duque no es el general Nariño que salió al balcón y le puso el pecho a los pastusos,” buscáis al general Nariño, preguntó, aquí me tenéis”. Por supuesto fue incapaz de convencer al expresidente Uribe de que era un error objetar la paz y le obedeció. Tampoco fue capaz de convencerlo que frente a la minga indígena había actuado correctamente. Uribe se lo comió a tuiterazos y lo hizo ver tan incapaz y tan flojo como lo había mostrado internacionalmente el presidente Trump por no cumplirle en sus promesas frente a las drogas.

Me dirán que el miedo es muy respetable y que por eso no lo venden en las farmacias y que ante una advertencia como la del Fiscal prefirió no salir al balcón de la plaza. Pero se le olvidó un detalle, los colombianos no creemos ya todo lo que nos dicen y la actitud entre temerosa y caprichosa de su presidente hace aparecer ante los ojos del país el probable atentado contra su vida como parte de una pantomima antes que una confluencia razonable de los investigadores.

Uno siempre sabe dónde comienzan las cosas, pero no sabe dónde terminan. Lo que puede venirse de ahora en adelante con Colombia puede ser minúsculo o mayúsculo. Se necesitaría pulso y temple para afrontarlo, pero parece ser que es lo más escaso en el momento.

@eljodario