Jackson Martínez confirmó en sus redes sociales una verdad que circulaba desde principio de año, su rodilla, y principalmente su tobillo, no daban más y era, casi imposible, que regresara a una cancha.
Nacido en las canteras del Medellín, fue rechazado por la hinchada, hasta que gol tras gol silenció a los fanáticos que silbaban su presencia.
Ser campeón con el rojo y goleador, lo llevaron a canchas mexicanas, portuguesas, españolas y chinas.
Su mayor valor fue de 35 millones de euros, valor pagado por el Atlético de Madrid al Porto de Portugal, en la temporada 2015 -2016.
Pero en esa misma temporada empezaría la lesión de tobillo que lo alejaría de las canchas:
“compartirles que he decidido dar fin a mi carrera como futbolista profesional, decisión difícil de tomar, pero a su vez la más sabia.
Desde mi lesión de tobillo entre el año 2015/2016 comenzó́ una lucha dando todo de mí para volver a jugar en condiciones favorables este deporte que tanto me apasiona y aunque regresé a las canchas después de dos años, fue muy difícil desempeñarme como lo anhelaba.
Gracias doy a Dios quien a través de su santa palabra ha sido mi fuerza y sostén y a los clubes, entrenadores, compañeros, Selección Colombia, por todo lo vivido.
Gracias a mi familia, a todos los que han seguido y apoyado mi carrera, cada hincha, periodista, y a los doctores fisioterapeutas que fueron participes en todos los tratamientos hechos.
Quisiera escribir tantas cosas, pero no terminaría. Simplemente Gracias.
Romanos 8:28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.
La fe no es ausencia de problemas, la fe verdadera se aplica a pesar de los problemas. Bendiciones. Jackson Martínez.