Pero la crisis es peor y ya se ven los efectos de la crisis económica china en Inglaterra y Europa, dice la “Crónica de Gardeazábal” para www. rutanoticias.co:
“NOS HARÁ MÁS DAÑO QUE EL COVID
Hace unos días la China estornudó con el problema financiero de una de sus grandes constructoras, Evergrande, y las bolsas se tambalearon.
Aparentemente el problema no ha ido a más todavía porque el gobierno del emperador Xiping no ha tomado ninguna medida adicional ni descuadrado la caja de sus ahorros para salvar al gigante pegaladrillos.
Pero han comenzado a filtrarse noticias preocupantes en la prensa económica europea sobre la necesidad que ha tenido el gobierno chino de decretar escalonadamente 5 dias de racionamiento de energía en las distintas provincias, pero sobretodo en los centros de producción que abastecen al resto del mundo.
Como esos paros en las fábricas se eslabonan y pueden volverse bolas de nieve aupados con el lío de los contenedores y los microprocesadores, el resultado final podría ser una escasez de todo, desde textiles hasta componentes electrónicos, lo que podría enredar más aún las cadenas de suministro y arrastrar al suelo las ganancias de una gran cantidad de empresas multinacionales allá y en el resto del mundo.
¿Qué nos dejaría una crisis económica china?
Si a eso se agrega la reducción de los inventarios de carbón térmico en China, que ha elevado los precios del mineral y catapultado a su vez los del gas natural.
Y como Inglaterra está sufriendo ya la angustia de los combustibles y de bienes de consumo, por la estupidez de haber aprobado el Brexit, y el petróleo andan rondando los 80 dólares y el giro hacia la energía verde se está generando cuando el mundo todavía es muy dependiente de las energías fósiles, el panorama que se vislumbra, dicen algunos, será o de una gran escasez o de una galopante inflación y si el covid nos hizo cambiar de modo de vida y modificarnos para adaptar lo de siempre al nuevo orden mundial, esta crisis económica que comienza por una falta de energía en la China, se crecería por la suspensión parcial de las líneas de abastecimiento y terminaría como los dragones chinos mordiéndose la cola.
Resultaríamos entonces haciéndonos muchas más reestructuraciones en el gasto y el consumo, en los gustos y en los anhelos de las que hicimos por culpa del covid.
Afortunadamente, como lo dije hace unos días, aquí en Colombia no nos hemos dado cuenta de ello y creemos que no nos va a pasar nada.
Aunque ayer vi grandes titulares de protestas en Cartagena y Buenaventura porque lo que les dije de los contenedores la semana pasada resultó verdad.