La revocatoria de Daniel Quintero muy probablemente se dé entre la última semana de febrero o la primera de marzo, lo que llevará a que además de recuperar la ciudad se pueda votar contra la continuidad de los políticos que tienen al erario público como su caja menor.
Un primer caso es el de Luis Pérez, quien a través de su “socios” intentaba que el municipio de Medellín le pagara 48 mil millones de pesos ($ 48.000.000.000) por un lote que ya se había entregado como compensación urbanística.
Esa platica, con un alcalde decente y funcionarios municipales también decentes, se le perdió a Luis Pérez y sus “socios”.
Un segundo caso es el del clan de los Suárez Mira, quienes a través de firmas que le hacían la “segunda” en Bello, se habían apoderado de la alimentación de los niños de Medellín y del multimillonario contrato detrás de ella.
También pierden César Gaviria y su hermano, quienes a través del Isvimed y de su exgerente habían logrado un multimillonario contrato para construir una vía de acceso a una urbanización del instituto, con valores tan altamente dimensionados que los Gaviria y los que le dieron el contrato no necesitaban volver a trabajar nunca.
Con la revocatoria de Daniel Quintero pierden también los clanes politiqueros de Bogotá y de la Costa que invadieron la capital paisa de la mano de la rata mayor y todos los delincuentes de Medellín que pusieron su interés personal por encima de la ciudad, su desarrollo y su futuro.