En la limpieza de la quebrada La Poblada se encontraron muchas botellas de vidrio, plásticos por toneladas, carpas, cientos de condones, un maniquí y una muñeca rellena de icopor.

Y muchas tejas, dos sanitarios, una cama, las tablas de la cama, ventanas, una nevera y un filtro de agua, solo faltó el colchón para hacer un apartamento:

Y eso que solo fueron cuatro horas de limpieza de la quebrada La Poblada, que al final dejaron cuatro “recogidas” de las volquetas y camiones de basura de Empresas Varias, pero que mostraron que el hombre sigue como el mayor contaminante de la naturaleza a su alrededor.

La concejal Claudia Ramírez, del Centro Democrático, se propuso hacer un aporte al medio ambiente y este sábado reunió a 40 soldados del batallón de ingenieros, a dos o tres amigos, a uniformados del comando de Policía de El Poblado, más una cuadrilla de Empresas Varias de Medellín y con ellos se dedicó a limpiar la quebrada, que recorre desde las montañas del oriente y termina en el río Medellín, cerca a la estación El Poblado.

Su trabajo, y el de su equipo de trabajo este sábado, permitió recoger toneladas de basura y liberar la quebrada de tantos y tantos desechos que contaminan la fauna y la flora adyacente, pero que, principalmente, se convierten en armas mortales cuando el invierno convierte estas calmadas aguas en torrentes de piedras, palos, rocas y agua, una “bomba” que se lleva lo que encuentre en su camino.

El próximo destino de la concejal Claudia Ramírez será un riachuelo que recorre el corregimiento de San Cristóbal, que seguramente quedará tan limpio como la Quebrada La Poblada.