Sebastián Murillo Echeverry o Lindolfo como lo llaman en el hampa de Medellín, fue condenado a 18 años y medio de cárcel, al aceptar ante la fiscalía hacerse responsable de los cargos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado, porte ilegal de armas y ocultamiento y destrucción de pruebas.

Lindolfo fue capturado el martes 6 de febrero de este año, a la seis de la mañana, cuando se encontraba con su esposa, la presentadora y modelo Vanessa Peláez, en un apartamento del barrio El Poblado.

Inmediatamente, las autoridades difundieron audios grabados durante la investigación que comprobaban como Sebastián Murillo Echeverry, alias lindolfo, conversaba con sus compinches, ordenando extorsiones y crímenes, entre ellos el de José Ocampo Obando, uno de los pocos capos que sobrevivieron a las purgas y guerras del cartel de Medellín.

José Ocampo, o pelusa, dueño de grandes extensiones de tierra en el Urabá antioqueño, algunas de ellas con pistas para aeronaves, murió baleado el 22 de abril del año 2017 en la carretera a las palmas, porque aparentemente no pagó una extorsión que se le hacía.

Lindolfo fue inmediatamente vinculado por las autoridades con la oficina de envigado, estructura delincuencial en la que, según dijeron esas mismas autoridades, coordinaba las acciones de la banda de Caicedo.

Los 18 años y seis meses de prisión que pagará Lindolfo le fueron proferidos por el juzgado Quinto Penal del Circuito Especializado de Medellín, dependencia que también sancionó a Cristian Duque Echeverry, el fantasma, condenado a 6 años y medio por concierto para delinquir y tráfico de armas, Martín Fernando Tamayo Cano, quien irá a prisión durante 18 años por los mismos cargos de Lindolfo, Jhon Jairo Vélez Londoño, orejas, quien pagará 17 y medio años, Alexander Tobón Grajales, a 17 años y Diego Alberto Zapata Martínez, sentenciado a 6 años y 9 meses.

Lindolfo cumplirá su condena en la cárcel de Valledupar.