Lisandro Manuel Junco lleva dos escándalos sucesivos y aun así sigue como director de la DIAN.

Ahora, Lisandro Manuel Junco es participe, con su familia, de una licitación multimillonaria en el gobierno de Iván Duque, donde él es alto funcionario.

Análisis de la “Crónica de Gardeazábal” para www.rutanoticias.co:

“LA ÉTICA DEL DIRECTOR DE LA DIAN

Si algo les ha faltado a quienes ejercen altos cargos en este gobierno que ya termina, es conciencia sobre la dignidad del cargo que ocupan.

Comenzando por el señor presidente que en más de una ocasión ha emitido expresiones y juicios discordantes a la impronta que otorga su cargo y terminando con el señor ministro de Defensa, que para torear avisperos prefiere olvidarse de la majestad y responsabilidad del oficio que ejerce, han sido cuatro años bordeando la línea roja del bochorno entre lo que puede hacerse, o no, pero salvaguardados siempre con el escudo de que lo realizado no contradice la ley, aunque se vea muy feo.

El caso empero más protuberante lo dio el año pasado el señor Director de la DIAN quien impertérrito consiguió que el presidente Duque lo respaldara en su interpretación de que tener una cuenta en Delaware para capar impuestos ( los mismos que a él le toca cobrar ) no era delito y , por encima de la dignidad, responsabilidad e imagen que da dirigir la DIAN continuó ejerciendo el cargo investigando y juzgando a otros colombianos que hacen lo mismo que él admitió haber hecho bancariamente en el extranjero.

En aquella oportunidad lo delató el escándalo Pandora.

¿De quién es la empresa Servicios y Soluciones Seguras?

Ahora ha vuelto a ser descubierto en otro quite a la torera en la licitación del Runt.

La Universidad Nacional descubrió, al examinar la documentación que les fue entregada, que la firma Servicios y Soluciones Seguras, de la cual él y su familia son los socios, participaba en esa milmillonaria licitación.

Cuando se hizo pública la noticia y antes de que se oyeran los conceptos jurídicos sobre la presunta inhabilidad, él hizo conocer (como en lo de Delaware) que el 3 de enero pasado había dejado de ser socio de esa empresa familiar y que, por tanto, no había cometido delito.

Es posible que ante las leyes colombianas no haya cometido falta alguna.

Pero cuando no se tiene conciencia de la dignidad del cargo no es estorbo ocupar el poderoso oficio de Director Nacional de Impuestos, que genera miedo en todo contribuyente y absoluto respeto y obediencia en cualquier espacio de la vida colombiana.

El asunto se le ha complicado, pese al esfuerzo de los medios aculillados silenciándose para no tocar a ese intocable porque la W, al investigar sobre el pasado contractual de la empresa familiar de los Junco encontró que inmediatamente después de salir de ser Director de Impuestos de Bogotá con Peñalosa, esa misma empresa ha firmado milmillonarios contratos con Transmilenio, algunos de ellos ya ocupando puesto en la DIAN. 

No se trata de un asunto jurídico.

Es un asunto de algo que se olvidó que imprime la dignidad de un cargo público: el respeto a la ética.

Gustavo Álvarez Gardeazábal.

El Porce, febrero 11 del 2022.