El Liverpool era un equipo desahuciado por los aficionados, técnicos y jugadores del mundo. Venía de perder 3 a 0 con el Barcelona y muy pocos apostaban a que pudiera remontar ese marcador y menos cuando no estarían, por lesión, sus máximos artilleros, Mohamed Salah y Roberto Firmino.

Los dos atacantes del Liverpool suman 42 goles, una cifra que preocupaba al Barcelona.

Por ese negativo en contra nadie daba nada por el Liverpool, ni siquiera los jugadores del Barcelona, quienes tras el tres a cero en España ya se creían clasificados a la final de la Europa Champions League.

Sim embargo Liverpool sí se creía finalista y a los siete minutos del primer tiempo, Divock Origi marcó el primer gol, mientras que Lionel Messi hacia tres de sus pases magistrales al área inglesa, desperdiciadas por Jordi Alba, Philippe Coutinho y Luis Suárez.

Con el 1 a 0 empezó el segundo tiempo, solo con la novedad del ingreso del neerlandés Giorginio Wijnaldum, quien a los nueve minutos de la etapa final marcaría el segundo gol para los ingleses.

El técnico Jürgen Klopp y sus muchachos veían posible lo que el mundo del fútbol no quería asumir y solos dos minutos más tarde, el mismo Wijnaldum marcaría el tres a cero. Hazaña que subía la temperatura en el estadio de Anfield y que hacía desaparecer a Messi y sus otros diez compañeros. El Barcelona no encontraba el camino del descuento y el tres a cero en contra ya obligaba al extra tiempo.

Y en ese momento llegó lo impensable. “El fútbol es para vivos, tremendo lo del Liverpool”, escribió el delantero Germán Cano y tiene razón. A los 34 minutos el lateral derecho Trent Alexander-Arnold hace una jugada de barrio popular de Medellín.

“… Era un tiro de esquina a favor de su equipo. Mientras todos los del Barça buscaban su marca, el lateral parecía irse hacia el centro, para que Shaqiri llegara a cobrarlo. Pero de pronto, se devolvió y mandó la pelota al centro del área, suavecito. Había un compañero libre, el belga Divock Origi. Y solito, de frente a Ter Stegen, sentenció la serie”, se escribió en el periódico El Tiempo.

“Fue simplemente instintivo… uno de esos momentos en los que ves la oportunidad”, dijo Alexander-Arnold, quien con solo 20 años y dos como profesional con Liverpool desató la locura en Anfield y llevó a que el mundo deportivo gritara ¡Qué viva el fútbol!

Ahora el Liverpool se enfrentará al ganador de la serie entre el Ajax y el Tottenham, mientras que las palabras del técnico Jürgen Klopp, entrenador, del @LFC, lo dicen todo. “Estuvimos imparables … No sentimos presión, solo queríamos ganar… y lo hicimos»