La marcha del silencio en Cali, contra los vándalos y desadaptados sociales, se tomó la capital del Valle del Cauca para mostrar que Colombia está cansada del desorden y la anarquía.
A quienes quisieran estar en la marcha del silencio en Cali solo se les pidió asistir de camisa o camiseta blanca, llevar banderas del país o de la ciudad y, como era lógico, no promulgar consignas agresivas ni pintar paredes y menos destruir el mobiliario público.
En redes sociales se alaba que no se produjo ni un solo acto de violencia, que no fue necesaria la intervención de la Policía ni del ESMAD y que la ciudad dio su grito pacífico contra la violencia.