Se cayeron WhatsApp, Instagram y Facebook y el mundo se dio cuenta de la necesidad de las plataformas de comunicación que lidera Mark Zuckerberg.

“… pero  se nos despertó la imaginación o el terror por las dificultades que comenzamos a experimentar”, dice la “Crónica de Gardeazábal.

“GUASAPEANDO

El colapso cibernético durante casi 8 horas que sufrimos ayer en todo el mundo los dos mil millones de usuarios que tiene el” Guasa”,  y los no sé cuantos que poseen entre Face e Instagram, puede hacer pensar muchas cosas, desde graves hasta risibles.

Independiente de las disculpas mentirosas del multimillonario  Mark Zuckerberg, dueño del imperio comunicador, y uno de los nuevos dueños del mundo, la verdad es que lo que presenciamos ayer antes que nada fue la comprobación fehaciente de la dependencia y el dominio que la humanidad sufre de parte de los algoritmos que manejan Facebok por un lado  y  Microsoft por el otro, aunque el daño cibernético solo lo sufrió  la empresa del señor Zuckeberg y no la que controla Bill Gates.

Ayer sentimos que nos habíamos acostumbrado de tal manera a comunicarnos por el “guasap”, ya fuera para no tener que usar el tradicional y ya caduco correo de Gmail o  el de mensajería del mismo Facebook ,que al no tener  el hilo conductor del mensaje instántaneo escrito, o del audio grabado para escapar del diálogo verbalizado que nos permiten todavía los celulares a dos mil millones de usuarios, pero  se nos despertó la imaginación o el terror por las dificultades que comenzamos a experimentar.

¿Qué significa Guasapeando?

Yo, por ejemplo, que  traslado a casi tres millares esta crónica diaria abusando del guasap y que puedo, luego de grabarla en spreaker, colgarla de la pared pública de face, me tuve que poner a revisar archivos de cuando la mandaba por gmail usando la mensajería costosa del mailchimp, tratando al menos de revivirla.

Pero lo que si tengo que confesar es que pese a todo lo que he denunciado  sobre la esclavitud en que hemos quedado con Facebook y Twitter  e Instagram y Gmail, la circunstancia de sentirme sin ellos me llevó imaginariamente a la situación  de la ciencia ficción con la que viven amenazándonos  si llega a  estallar una  dizque llamarada solar y nos quedamos una semana sin electricidad y sin internet .

No fueron sino 8 horas que tal vez no nos sirvan de experiencia porque desde anoche mismo estábamos otra vez  usando el teclado, dándole adaptación lingüística y verbal al nuevo vocablo que a ningún algoritmo  afortunadamente se le habría ocurrido: guasapeando.

Gustavo Alvarez Gardeazábal

El Porce, octubre 5 del 2021