Los muertos del Covid 19 los envuelven en plástico y nadie, ni siquiera de la familia, le da un último adiós.

Crónica de Gardeazábal, para www.rutanoticias.co sobre los muertos del Covid 19, de los que está prohibido despedirse:

“Si usted siente como si le fuera a dar gripa, es decir malestar general, pero no es gripa porque en la mayoría de los casos no le salen mocos.

Pero le aparece una tos seca o le comienza a doler el esternón, y pese a todo esto no se toma nada de lo que todo colombiano se autoreceta, dolex, un antibiótico, gárgaras o se siente de todas maneras mal, va a un centro de urgencias o si tiene paciencia pide a la EPS que le de turno.

Allá, ante el cuadro que ofrece, le toman una muestra para averiguar si está o contagiado de corona virus 19.

Yéndole muy bien, si es por EPS, en 10 días le darán el resultado, mientras tanto el médico le manda para su casa, que se cuide con nebulizaciones, pastillitas de esas, que no se ponga en contacto con nadie y se encierre en su casa. 

Si los síntomas se agravan o le resultan otros distintos, llama al médico que le atendió y él o usted habilidosamente consigue que le reciban por urgencias. Como seguramente cuando decida hacer eso es porque ya no puede respirar o le ha subido la fiebre y el dolor en el pecho es terrible, apenas llega a la clínica o mandan por usted a su casa, le meten en un ataúd plástico para que no contamine a nadie y es el acompañante quien le llena los datos personales.  

¿Cuántos pacientes salen vivos de las UCI?

Si lo suben a la ambulancia o usted entra a urgencias por esas puertas de vaivén mire por última vez a los suyos, no los toque y sepa que, si después de esa puerta deciden que usted debe ingresar a una UCI, ni se imagine que algún ser querido podrá entrar a visitarle. Está totalmente prohibido. 

Si sobrevive al tratamiento, a la entubada, al coma inducido o a cualquiera de esas carajadas propias de un catálogo de martirios, no pregunte por los suyos, nadie podrá verle, está prohibido. A ellos les dan un link para que estén mirando una página escueta donde casi siempre dirán lo mismo: estable o inestable, con fiebre o sin ella, con complicaciones colaterales, entubado o con tienda oxígeno etc., etc. 

Si pasados varios días no recupera la conciencia, tiene 65 % de posibilidades que se muera. En las UCI de cada 100 personas que ingresan, solo 35 salen con vida. Y cuando se vaya a morir, ni el más querido de sus seres puede despedirle, se tiene que morir sólo, oyendo apenas la compañía del bib-bip del monitor.

Entonces llaman a quien firmó como acompañante al entrar a urgencias o subirse a la ambulancia y le comunican que a tal hora se murió y que, de acuerdo a los protocolos vigentes, la funeraria se encargará de todos los procedimientos de cremación del cadáver, al que no le permiten que lo vean ni sus hijos ni sus nietos, ni sus hermanos ni los amores de toda su vida. Les está prohibido despedirse. 

Eso sí, le dicen que volverán a llamarle 14 días después para entregarle las cenizas. 

Entonces ya no hay de quien despedirse porque le prohíben que abra la urna o que manosee la arenilla en que quedó convertido su cuerpo”.