El Periódico The New York Times advirtió este sábado, en un artículo de primera página, que estarían regresando las directrices militares que llevaron una de las épocas más tristes en la vida civil de Colombia, la de los falsos positivos.
Según The New York Times, se estaría obligando a los comandos militares a informar diariamente cuántos días llevan sin acciones militares contra grupos guerrilleros y paramilitares, “y a los soldados se les estaría premiando” y ofreciendo incentivos como vacaciones extras si daban “positivos”, es decir si lograban bajas de enemigos en esos enfrentamientos.
Esa política, de estarse aplicando, es similar a la que operó en los años 2002 a 2010 cuando se incrementaron las bajas de supuestos guerrilleros por parte de unidades militares, posteriormente se descubrió que fueron asesinatos indiscriminados, en su mayoría contra civiles, y que a los muertos se les vestía con prendas militares y se les dejaban armas a su lados, para hacerlos pasar como guerrilleros. Se cree que unas 5000 personas fueran asesinadas en esa práctica, llamada los falsos positivos, que les permitió los soldados disfrutar de vacaciones y reconocimientos económicos y a los oficiales ascensos y viajes al exterior.
El artículo del periódico The New York Times se llama “Colombian Armys orders put civilians at risk” (órdenes de lealtad del Ejército colombiano ponen en riesgo a los civiles) y enumera las directrices que llevarían a que se cometan los falsos positivos.
“No me sorprendería que volvieran los falsos positivos. De hecho, el Ejército nunca ha purgado plenamente a los oficiales creíblemente implicados en estos crímenes. Es más, muchos de ellos han sido ascendidos y hoy ocupan altos cargos en el Ejército”, dijo en sus redes sociales José Manuel Vivanco, el director de Human Right Watch y quien sería una de las fuentes para el artículo.
La respuesta del gobierno se dio a través del Ministro de Gobierno, Guillermo Botero y del general Nicasio de Jesús Martínez, comandante del Ejército, quienes publicaron el cuestionario enviado por el periódico The New York Times y las respuestas que se entregó por parte de las autoridades colombianas.