Daniel Quintero y Álvaro Guillermo Rendón son el presidente de la Junta directiva y el gerente de EPM y pueden hacer lo que quieran con el presupuesto de esa entidad, si tienen una junta de “bolsillo” que les autorice todo.

La renuncia de ocho miembros de la Junta Directiva de EPM, deja a la entidad acéfala y rodeada de muchos a los que les gusta el queso.

El uno, Daniel Quintero, rodeado de sus ya famosos hermanitos.

Y el otro Rendón, con la experiencia que le dejó hacer fiestas de cumpleaños de tres días en honor de Fabio Valencia Cossio en Coomunicipios, entidad que poco después se quebró.

Quizá por eso se fue a Bogotá, y con 50 millones de pesos montó una empresa que hoy maneja la concesión de Corabastos.

Es decir, miles de millones al año y una concesión que le enseñó a hacer “negocios” con el Estado.

Y a trasladar las acciones a su familia, cuando ya muchos averiguaban cómo un contratista del Estado firmaba transacciones con el propio Estado, y con muchos particulares, pero ya en EPM.

Con 17 billones de presupuesto de EPM para el año 2020, Daniel Quintero y Álvaro Guillermo Rendón, sin una Junta Directiva “de pantalones”, ya no necesitan esconder mucho.

Por eso, se recuerda que el hoy alcalde, en el Concejo de Medellín, mandaba un queso para los directivos de EPM y los de Hidroituango.

La diferencia es que hoy, asesorados por Gabriel Jaime Rico, famoso porque durante la alcaldía de Sergio Fajardo intentó meter a unos “empresarios” brasileños a EPM, ya no mandan el queso, ahora quieren degustarlo.

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