Una estrella se ha apagado en Hollywood. Robert Redford, una de las grandes leyendas del cine americano, falleció a los 89 años tras una carrera de seis décadas en las que se destacó como director, actor y productor de cientos de películas que lo llevaron a lo más alto de una industria que hoy lamenta su pérdida.
Su carrera comenzó a principios de los 60, convirtiéndose en una de las grandes estrellas del momento junto a actores como Jane Fonda, Paul Newman o Dustin Hoffman. Es recordado por películas como Todos los Hombres del Presidente, en la que interpretó a uno de los periodistas que realizó la investigación que destapó el escándalo Watergate y llevó a la dimisión del presidente Richard Nixon en los años 70; Gente Como Uno, con la que ganó el Óscar al mejor director y mejor película; y más recientemente como el villano Alexander Pierce en las películas del Universo Marvel, siendo su breve aparición en Avengers Endgame su último rol en la gran pantalla.
La familia del aclamado actor anunció su fallecimiento mientras dormía pacíficamente en su casa en Utah, al Oeste del país. Y fue precisamente allí, en uno de los ranchos que poseía en dicho estado, donde a mediados de los 80 dio origen a uno de sus mayores legados para el cine: El Festival de Sundance, el más importante del cine independiente del mundo.
Bautizado así por el personaje que el propio Robert Redford interpretó en la película Dos Hombres y un Destino, The Sundance Kid, el festival surgió inicialmente como un campamento de verano, patrocinado por el Instituto Sundance, creado por Redford en 1981, en el que los aspirantes a cineasta podían aprender todo lo necesario para la realización de una película, siendo todo costeado por el propio Robert. Gracias a la calidad de las producciones, rápidamente decidió crear el Festival para mostrar el trabajo de sus estudiantes y posteriormente, el de cientos de cineastas independientes alrededor del mundo desde hace ya 42 años.
Robert Redford se va de este mundo dejando un legado único en la historia del cine y que continuará inspirando a nuevas generaciones que, aún con el paso de los años, seguirán viendo sus películas como los clásicos de culto en que se han convertido.