La Superintendencia de Industria y Comercio impuso una sanción a 5 equipos de la Dimayor, y a la propia entidad, por establecer clausulas donde se hacía seguimiento a los contratos de los jugadores profesionales y mediante un “acuerdo” colectivo le negaban su paso a otro club deportivo o el club al que el profesional aspiraba a jugar rechazaba inmediatamente contratarlo.

Al no poder ser contratado por otros clubes el jugador prácticamente se veía obligado a aceptar las condiciones económicas del equipo al que pertenecía, coartando así su libertad deportiva y económica, bloqueando que recibiera mejores contratos y a la vez impidiendo que mejorara sus condiciones salariales y de calidad de vida.

Por esta práctica los 5 equipos y la Dimayor fueron sancionados con 8 mil millones de pesos ($ 8.000.000.000), decisión que es de primera instancia y puede ser impugnada por los afectados.

¿Qué equipos hacían juego sucio contra los jugadores?

La sanción de la Superintendencia se da tras una investigación a los equipos Deportivo Boyacá Chicó Fútbol Club, Unión Magdalena, Asociación Deportivo Pasto, Envigado Fútbol Club S.A. y Club Deportivo Atlético Fútbol Club, así como a la propia División Mayor de Fútbol Colombiano, Dimayor, que habría sido permisiva con ese “trato de caballeros” entre los dirigentes de los 5 clubes.

“El primer patrón se basó en el envío de una serie de comunicaciones entre los clubes, con conocimiento de la Dimayor, en las que se daba a conocer la situación laboral de jugadores específicos. En estas comunicaciones se informaba, entre otros temas, la vigencia de los contratos de jugadores, los casos en los que alguno de ellos había tenido alguna supuesta falta disciplinaria o, incluso, los casos en los que se había solicitado la terminación de un contrato…información que no debe ser compartida entre competidores, como son los clubes deportivos…

“Segundo en las comunicaciones los clubes manifestaron que acudían a un supuesto ‘pacto de caballeros’, o un ‘llamado ético’, o incluso de ‘solidaridad de gremio’. Para esta Superintendencia este tipo de expresiones no buscaban hacer un llamado a un eventual cumplimiento específico de las normas que se espera de un buen empresario, sino precisamente a que los equipos destinatarios de las comunicaciones -que podrían tener interés en los jugadores- no tuvieran incentivos suficientes para negociar y contratar a los futbolistas señalados”, dice la resolución de la Superintendencia.

Además, la entidad de control señala que la Dimayor conocía de esas prácticas y que mediante comunicaciones entre la entidad y los equipos “pareció avalar la situación”.