Todos los días, cuando tiene pasaje según él mismo explica, José Palacios se para en la calle 47 A, número 81 – 6, la sede de Gustavo Petro en Medellín, para que le paguen por su trabajo durante la campaña presidencial.
Pero le maman gallo.
“Unos días dicen que ellos se fueron para Bogotá, otro día que están en las torres de Bomboná y otros que no me conocen, que con quién hice “negocio” para estar en la campaña y que no conocen al coordinador en Antioquia con el que cuadré”, dice mientras vuelve a gritar contra las ventanas donde solo se ven cortinas gruesas y sombras que entran y salen a los cuartos.
Aunque dice que “nos deben 60 millones de pesos” por logística durante la campaña de Gustavo Petro en Antioquia, lo que no alcanza a decir es qué exactamente cuadró de trabajo, con quién lo contrató y qué hizo.
Sobre su pecho, eso sí, se lee un letrero en el que pide “que nos paguen”.
Pero nadie responde, la sede de Gustavo Petro en Medellín es hoy la sede de Juan Carlos Upegui, uno de los cuatro candidatos a la Alcaldía de Medellín que impulsa Daniel Quintero, a quien llamen el nuevo samuel moreno, (al lado de Rodolfo Correa, Cleyde Andree Uribe y Albert Corredor).
Allí, en esa casa y sede política, Upegui esconde la paloma de la paz, hecha en icopor, un material que tarda cientos de años en degradarse y que es uno de los materiales más contaminantes del mundo.
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No es el único icopor que Juan Carlos Upegui utiliza.
Todos los días los vecinos se desesperan al ver llenarse las aceras de bolsas y bolsas de basura, llenas de sobras de comida, y de cientos de empaques de icopor.
La basura, que depositan en las aceras todos los días aunque el ciclo de recogida de Empresas Varias de Medellín es solo los martes y viernes, permanece allí hasta que las bolsas son rotas por habitantes de calle, perros y ratas que encuentran con qué alimentarse.
Eso no le importa al candidato y sus empleados, que ya fueron denunciados, sin que la Alcaldía de Medellín haga algo, como es lógico entre ellos.
La sede de Gustavo Petro en Medellín, es hoy un cúmulo de deudas y basura, nada raro…