Sor Gloria Cecilia Narváez Argote, la monja colombiana secuestrada en Mali, podría ser víctima de uno de los innumerable bombardeos sobre campamentos de guerrilleros de Al Qaeda o Isis, dice Gardeazábal al reseñar la investigación de un académico francés.

La sospecha nace de que nadie, ni en la cancillería o el gobierno colombiano, le ha pedido al gobierno Francés que intente buscarla o interceder por ella, mientas que las tropas galas siguen bombardeando los campamentos guerrilleros indiscriminadamente.

Crónicas del Enchuspado, de Gardeazábal para www.rutanoticias.co :

“A raíz de mi columna sobre sor Gloria Cecilia Narváez Argote, la monja franciscana de María Inmaculada que fuera secuestrada en 2017 y que el Vaticano, la Conferencia Episcopal y la Cancillería Colombiana olvidaron, un respetado intelectual francés, estudioso de los templarios, se puso generosamente en la tarea de verificar fuentes y de entrevistar personalmente a militares franceses que han estado en Mali.

De sus averiguaciones solo tenemos un panorama muy pesimista. Desde 2018 el ejército francés, acantonado en Malí, no rescata rehenes porque no hay denuncia de ningún compatriota galo retenido en los campamentos de Alqaeda o de Isis. Como no ha habido una petición formal y pública de la presidencia de Colombia al señor Macron presidente de Francia, la monja pastusa es indudablemente una monja olvidada, como la llamé en mi anterior columna.

¿Por qué no hay noticias de sor Gloria Cecilia Narváez?

Los franceses siguen bombardeando los campamentos de las bandas de Al Qaeda y de ISIS mientras ellos entre si se pelean y se bombardean también. Como no tienen petitorio alguno sobre quiénes son los rehenes de esas agrupaciones musulmanes extremistas, los bombardeos ni paran ni preocupan encima de quienes caen en esos campamentos destruidos.

Y como para acabar de completar llegó esta pandemia y arrasó con cualquier noticia o preocupación diferente, de sor Gloria no se volvió a saber nada ni hay respuesta cierta de las autoridades francesas a las que este intelectual alsaciano ha estado confrontando. Todavía, por ejemplo, está esperando contestación de la solicitud que presentó ante el obispo de Niza, donde él actualmente reside, y ante la que envió al Quai de Orsay, el ministerio de relaciones exteriores francés.

Si los obispos colombianos, tan dedicados a esconder la corrompisiña que dejaron crecer con monseñor Cabezas en la diócesis de Villavicencio permitiéndole que ordenara curas como en un bazar persa, le solicitaran al Vaticano que pusieran en funcionamiento el Alto Comité para la Fraternidad Humana, creado por el papa Francisco y su homólogo musulmán de la Universidad del Cairo durante su visita a los Emiratos Árabes Unidos, existiría una remota posibilidad de que alguien averiguara por sor Gloria Narváez.

Y si la canciller, pagando prisión domiciliaria por orden presidencial pues es una anciana, le enviara una nota petitoria al canciller francés en el mismo sentido, de pronto hasta sabríamos si sor Gloria aún vive o ha terminado su trajinar de servicio en esta vida vuelta añicos en alguno de los campamentos de Al Qaeda bombardeados por los franceses o por ISIS».