Con su lengua “trabada”, sus palabras “colgadas” y su incoherencia mental y verbal ya conocidas, Gustavo Petro demostró que tenemos un Presidente de crack: durante un acto público tildó de HP al presidente del Senado de la República, Efraín Cepeda, en una degradación de la discusión política que escandaliza a Colombia.
Todo en medio del señalamiento público de que Gustavo Petro es un drogadicto, algo que ya era rumor de la calle desde años anteriores.
Este miércoles, el ex canciller Álvaro Leyva Durán denunció que Gustavo Petro es drogadicto, lo que no señaló es si usa anfetaminas, tusi, cocaína, marihuana o crack, que es el último eslabón de los adictos cuando ya su cuerpo esta, internamente, carcomido por las drogas.
“…Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de drogadicción… su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar». «La ocasión en que usted se desapareció dos días en París… Momentos embarazosos para mí como Canciller. Y mucho más cuando supe en dónde había estado… Ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo…”, dijo Leyva Durán.
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Pocas horas después, sus palabras “alargadas”, su “conexión mental” y su tono “babeante y trabado” parecieron reconfirmar las acusaciones, sin que sepamos finalmente si esas palabras son insultos reales o solo una estrategia para que los colombianos olviden la carta denuncia del ex canciller Álvaro Leyva Durán.
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Pero, un anuncio seguro puso en alerta al gobierno, una segunda misiva con detalles de cuando Gustavo Petro, durante una cumbre de presidentes en Brasil, se perdió un día completo y no llegó para la foto oficial… Resaltando en la misiva “la forma en que lo encontré…”
Sea estrategia y o sea parte de ese proceso de drogadicción, tenemos un presidente de crack.
