Los países latinoamericanos podrían tener un papel muy relevante en la transición energética del mundo, según un estudio especializado de Bain & Company.

La producción de biocombustibles a base de materias primas de origen vegetal, grasas animales y residuos tiene un gran potencial para convertirse, junto con las baterías y el hidrógeno, en una de las mejores alternativas de adopción de fuentes de energía renovables para el sector del transporte, dice el estudio de Bain & Company.

Además, la firma proyecta que este mercado crezca entre un 3% y 6% anual hasta 2050, impulsado por la demanda de biocombustibles en la Unión Europea y Estados Unidos, donde las regulaciones están siendo adecuadas para incentivar y permitir la producción de combustibles renovables.

Muchas ventajas hacen que los biocombustibles tengan este papel tan relevante en la transición, en especial la facilidad para utilizar infraestructuras existentes (como por ejemplo infraestructura de transporte, almacenamiento y despacho) y transportarlos de forma barata entre regiones, así como su capacidad de ser usados sin necesidad de grandes transformaciones en las flotas de vehículos, lo que aumenta la velocidad de adopción

Para Bain & Company los países latinoamericanos se encuentran ante una gran oportunidad para aportar en esta transición energética en el Mundo, al convertirse en actores claves en el suministro de estos combustibles renovables, aprovechando sus vastos territorios, así como la generación de residuos de su de agricultura y ganadería.

Para ello, deberán desarrollar su infraestructura, promover la innovación en su agricultura e implementar regulaciones adecuadas para incentivar el crecimiento sostenible de este sector, así como garantizar la competitividad en un mercado internacional que se encuentra en auge.

Por ejemplo, en Colombia, según cifras de Fedebiocombustible, la demanda de biodiesel ha crecido hasta ubicarse en 702.000 toneladas, mientras que la de etanol es de 400 millones de litros. 

¿Cómo impulsar los biocombustibles?

Para Felipe Cammarata y Diego García, socios de Bain & Company, el principal factor de éxito en la producción de biocombustibles para países como Colombia, será la disponibilidad de materias primas a bajo costo y con una baja huella de carbono.

Sin embargo, dado el crecimiento previsto de la demanda de este combustible, existe el riesgo de limitaciones en el suministro de materias primas a mediano plazo si el cultivo y disposición de los materiales empleados para su producción no se hace de manera ordenada. Asimismo, se prevé que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países desarrollados, aumenten las importaciones de materias primas para su producción interna. 

No obstante, para lograr esas exportaciones por parte de los países de la región, el informe muestra que es necesario cumplir con metas de reducción en la huella de carbono. Esta es impactada por diferentes factores, entre ellos el cambio en uso de la tierra, el impacto de la agricultura, el procesamiento y la logística. Por ejemplo, el desmatado de tierras originalmente compuestas por bosques nativos para dar paso a la producción agrícola, tiene un impacto muy alto en la huella de carbono, un factor clave que podría limitar las exportaciones de países de Latinoamérica hacia Estados Unidos y países de la Unión Europea.