Entre 1980 y 1990 el Perú era un país “inviable”. Sendero Luminoso dominaba las áreas rurales y bajo su imperio de sangre y dolor sumaba ya 12.500 víctimas. En medio de ese panorama llegaron las elecciones de 1990 con tres candidatos fuertes, Mario Vargas Llosa, Luis Avala Castro y el ingeniero Alberto Fujimori.

De ellos, a la segunda vuelta, en junio de ese año, pasaron Vargas Llosa, quien finalmente quedó segundo, con 2.713.442 votos y Alberto Fujimori con 4.522.463 sufragios.

Aunque los dos primeros años fueron “esencialmente democráticos” (desde julio 18 que tomó posesión del cargo), muy pronto Alberto Fujimori vio que tenía el Congreso en contra y sin posibilidades de que le aprobaran sus leyes antiterroristas, que rayaban en la casi violación de los derechos humanos y el cese de libertades para capturados y sospechosos.

Así que, en abril de 1992, bajo consejo de su asesor Vladimiro Montesinos, Fujimori aplicó un “autogolpe”, disolvió el Congreso y llamó a elecciones, donde obviamente su partido obtuvo la mayoría de curules, y se “armó” de leyes que le permitieron gobernar con mano dura.

¿Cómo enfrentó Alberto Fujimori a Sendero Luminoso?

Sendero Luminoso era un grupo guerrillero radical fundado por el ex profesor Abimael Guzmán, llamado el “presidente gonzalo”, que militarmente dominaba casi todo el Perú.

A Sendero Luminoso, entre 1980 y 2000 se le sindica de 12.500 víctimas en Perú, 11 mil de ellos civiles y 1.500 que aún siguen desaparecidos.

Con las leyes de su parte y con grupos de extrema derecha actuando sin control, Alberto Fujimori enfrentó al terrorismo.

Esos grupos de derecha cometerían dos masacres, la de Barrios Altos y la de la Universidad de La Cantuta, que finalmente generarían, dos décadas después, sanciones penales y la cárcel para el presidente Fujimori.

En medio de esas masacres, Fujimori dio el golpe más fuerte al terrorismo en Perú al capturar, el 12 de septiembre 1992, a Abimael Guzmán y presentarlo ante la prensa del mundo, en un acto casi circense, vestido de rayas y en una jaula metálica de 3 metros por 3.

¿Cuándo fue la toma de la embajada de Japón en Perú?

Eso le generó popularidad y le permitió cambiar la constitución y reelegirse presidente, pero las denuncias por violaciones de derechos humanos afectaban su credibilidad y aceptación popular, hasta que otra guerrilla, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) “lo revivió”.

El 17 de siembre de 1996, 14 guerrillos del MRTA se tomaron la Embajada de Japón en Lima y secuestraron a 400 personas en una fiesta diplomática (entre ellos la mamá de Fujimori, aunque ella no fue descubierta por los guerrileros).

Si bien la mayoría de rehenes fue liberada en los días siguientes a la toma, quedaron bajo control de los guerrilleros 72 diplomáticos y funcionarios de alto nivel.

Mientras Alberto Fujimori se negaba a dialogar y menos liberar a  los 450 guerrilleros que pedía el MRTA, secretamente y con ayuda de Estados Unidos se planificó una operación de liberación que incluyo la utilización de medios tecnólogos de última generación, mini cámaras, mini radios y micrófonos, que permitieron ver y escuchar todo lo que pasaba al interior de la embajada.

El 17 de abril de 1997, comandos del Ejército del Perú se tomaron la embajada, mataron a los 14 guerrilleros, diez de ellos desarmados que fueron sorprendidos mientras jugaban un partido de fútbol y liberaron a los rehenes (solo murió un rehén y dos militares).

¿Cuándo renunció Alberto Fujimori?

Aunque en el año 2000 fue reelegido presidente, solo alcanzó a estar al mando del país un semestre y las denuncias de violación de derechos humanos, la violencia de la extrema derecha, que se le endilgaba a él y la aparición de videos de su asesor Montesinos en actos de corrupción y abuso de poder lo llevaron huir a Japón y dimitir mediante el envio de un fax.

En el año 2005 sería capturado y enviado su país, donde sería juzgado y condenado a 25 años de cárcel, hasta que este 11 de septiembre, me cuando gozaba de una libertad provisional, Alberto Fujimori falleció y dejó tras de sí la imagen del primer presidente del Perú que aplicó la mano dura contra la guerrilla, hasta lograr erradicarla.