Álvaro Uribe le metió más candela a su pelea con el también senador Roy Barreras al señalar en sus redes sociales, y en la sesión virtual del Senado, que “no tengo contratos ni recomiendo contratistas como dicen quienes ayudaron a robarse a Caprecom, a Saludcoop y el plebiscito”.

“… Cómo son de elegantes para hablar estos ladrones”, remató en otro mensaje en sus redes sociales el expresidente y senador Álvaro Uribe.

La pelea de Uribe y el senador del partido de la U se inició esta misma semana cuando Roy Barreras publicó un video, grabado en las instalaciones del Congreso, donde denunciaba que el propio Álvaro Uribe Vélez había recomendado el contrato de $ 3.350 millones a la firma Du Brands, encargada de mejorarle la imagen pública al Presidente Iván Duque.

Esa sindicación llevó a Uribe Vélez a contratar a la firma del abogado Abelardo de la Espriella para que demandara penalmente a Barreras, a lo que el senador del partido de la U reaccionó con una demanda contra Uribe en la propia Corte Suprema.

La respuesta de Barreras fue igual de fuerte:

@RoyBarreras: Quienes chuzan, mienten, hacen montajes y causaron el desastre de la salud pública con Ley 100, entregaron EPS a paramilitares y quebraron otras, repiten calumnias en bodeguitas para desviar atención de verdaderos responsables. No tienen contratos sólo zonas francas, ñeñes y cadenas

Y sobre la demanda que coordinará Abelardo de la Espriella, aseguró que “Cierto abogado folclórico, fabricante de sombreros kitsch, amigo y defensor de paras, contrabandistas, socios de Maduro, inventores de pirámides y otros delincuentes y aforados se molesta porque no le contesto. Yo no me ocupo de los perros que ladran sino de sus amaestradores”.

¿Quién es Roy Barreras?

Roy Barreras es criticado por su “acomodo” a los gobiernos de turno. Llegó como opositor y sobresalió como defensor del primer gobierno de Álvaro Uribe. En las elecciones para la reelección aseguró que debía continuarse con la defensa de la seguridad democrática “de nuestro presidente Álvaro Uribe Vélez”.

Pero posteriormente dio el salto al santismo y se volvió un firme contradictor del líder del Centro Democrático, pelea que lleva hasta hoy.

Como quien dice ocho años de amor y ocho de odio y con una reconciliación que ya se ve imposible.