Aranjuez, de Gilmer Mesa, es “una novela cojonuda… una novela que descresta”, señala Gustavo Álvarez Gardeazábal, @ElJodario, en su recomendación literaria del fin de semana:

“QUÉ LEE GARDEAZABAL, Aranjuez de Gilmer Mesa, editada por Random House

Durante los últimos años en la literatura colombiana se han ido perfilando dos tendencias narrativas que ya han hecho escuela. La de la cantaleta, que Fernando Vallejo con su prosa prodigiosa volvió un género literario y el diletantismo, que William Ospina entronizó para deleite del lector.

Para construir una tercera vía el escritor antioqueño, profesor de la UPB, Gilmer Mesa convierte en su inmarcesible prosa, inacabable y retruécana, un híbrido entre aquella cantaleta vallejiana y la  brillantez opaca de William.

Su novela, publicada al final del año pasado, se ha ido tornando en una tromba atrayente con el paso de los meses y captando más lectores cada vez.

Pero con toda razón.

Es una colección de cuadros de costumbres del barrio Aranjuez de Medellín, un tradicional laboratorio urbano y muy paisa de crímenes y criminales, de atrevidos y emberracados. 

La narración está hilada curiosamente sin más trama que afrontar que cantaletear, filosofar y hurgar desde lo menudo hasta lo totalizante el mar de recuerdos, casi todos crueles, del narrador, un habitante del barrio que llega a los 40 años y va rememorando familias enteras y compañeros de edad, mientras espanta hasta las páginas finales la agonía de su padre, su ídolo, al mismo ritmo que el viejo se va perdiendo en las penumbras del Alzheimer.

Lograr describir la hamponería del barrio y definir al mismo tiempo el estado universal del olvido de manera tan estética hacen de esta novela un monumento para aplaudir y   eleva a su autor al olimpo de los narradores antioqueños, donde podrá esconderse de los fastidios de la intelectualidad bogotana   que le baña con el silencio ofensivo, negándose a reconocerlo.

ARANJUEZ es una novela cojonuda.

Difícil de leer para muchos porque a veces agobia con 80 páginas sin un punto aparte, muy fácil de tenerla presente porque encajona como en los escaparates viejos de la barriada antioqueña, unos y otros retratos hablados de los constitutivos de un barrio como Aranjuez, donde el médico Uribe Calad les enseñó a los paisas de Medellín a convivir con la locura en el manicomio vecino.

Leerla hace sentir la patria herida, hedionda e injusta pero como Gilmer Mesa domina la prosa como las ballenas los océanos, vuelve impactante, ensordecedora y punzante la historia del barrio y sus gentes. Por supuesto descresta y como toda cantaleta, debe aburrir a los lectores que no nos acompañarán en una sonora aclamación a este señor narrador.

Los demás ni sabrán que ha sido publicada y menos que marca un hito en nuestra novelística.

Gustavo Álvarez Gardeazábal. El Porce, viernes 13 de septiembre del 2024″.

Escuche el audio de Gardeazábal sobre el libro Aranjuez, de Gilmer Mesa: