El atentado al helicóptero de Iván Duque genera preguntas incómodas sobre la inteligencia militar y la seguridad presidencial.

Son incómodas hasta llevar a preguntar si podría existir “una célula opositora incrustada en el Ejército”, dice la “Crónica de Gardeazábal” sobre el atentado al helicóptero de Iván Duque:

“PREGUNTANDO SE LLEGA A ROMA

A raíz del atentado contra el helicóptero que llevaba al presidente y tres de sus ministros, desde el Catatumbo a Cúcuta, han surgido muchas dudas y una sola evidencia: el país no le creyó el cuento al presidente y como tal no parece haberse ni conmocionado ni medido en toda su dimensión lo que puede estar pasando. Sin embargo, como preguntando se llega a Roma, hay una serie de interrogantes que entre todas las autoridades comprometidas o no en la investigación valdría la pena que contestaran.

La primera pregunta la hizo en Las 2 Orillas el exjefe guerrillero del Catatumbo Rubén Zamora: “Cómo es que los actores del evento conocieron la información del desplazamiento del presidente al municipio de Sardinata, el que se organizó sin mucho tiempo de anticipación?”.

A esa pregunta surgen otras más que se hacen los que hemos presenciado llegadas de un presidente a aeropuertos en zonas de conflicto: ¿Por qué el Jefe de la Casa Militar de Palacio no dispuso que soldados del cuestionado Batallón de Cúcuta o agentes de la Policía acordonaran en alguna forma la pista del aeropuerto de la capital de Norte de Santander?

¿Atentado a Iván Duque y a batallón de Cúcuta están ligados?

Y, como si fuera poco, ¿Cuál sería la razón para que el viaje presidencial a una zona de tanto conflicto como el Catatumbo solo tuviese como escolta un helicóptero cuando allá hay por lo menos desplazados 15 de esos aparatos? Por supuesto como seguro mató a confianza, los organizadores del periplo presidencial no tomaron prevenciones para las filtraciones que induce Zamora y.   mucho menos para su desplazamiento.

Pero así como no han podido averiguar, (o contarnos), quienes estaban exactamente detrás del atentado contra el Batallón de Cúcuta, ahora tampoco podrán hacer un seguimiento a los distintos despachos donde se anunció la visita presidencial y, en especial, a la actividad  de mínima prevención que debe haber desarrollado la llamada “ avanzada” oteando que la pista del aeropuerto estaba cerca de un barrio desde donde alcanzaba  a disparar uno de los fusiles que mostraron haber encontrado en un pastizal.

Pensar entonces que la clave la puede tener la bomba del Batallón o la existencia de una célula opositora incrustada en el Ejército, no es descabellado.

Como tampoco lo es preguntar si la huella del disparo en la parte superior del fuselaje que el presidente aparece mostrando en una foto indica que la bala vino desde el aire o desde tierra.

Son muchas las preguntas y debe ser mayor la preocupación si en verdad quieren que el país acepte y rechace el gravísimo atentado contra el presidente Duque.

Pero, repito, preguntando se llega a Roma.

Gustavo Álvarez Gardeazábal @eljodario