La Administración Federal de Estados Unidos, FAA, ordenó este martes dejar en tierra y revisar 895 aviones Boeing 787 Dreamliner, tras la emergencia de un aparato de estos en Nueva Zelanda, donde 50 pasajeros resultaron heridos.

La medida, radicada bajo declaratoria de urgencia y para velar por la seguridad del transporte aéreo, es obligatoria al ser una “Directiva de Aeronavegabilidad efectiva inmediatamente» que incluye los Boeing 787 Dreamliner de tipos 787-8, 787-9 y 787-10.

Por el momento la decisión de la FAA afecta a 895 aviones Boeing 787 Dreamliner, de los cuales 158 están en Estados Unidos y 737 en aerolíneas del mundo.

¿Qué pasó al avión de Latam Airlines en Nueva Zelanda?

En marzo de este año un Boeing 787 Dreamliner de Latam Airlines volaba de Australia a Chile, pero debió aterrizar en Nueva Zelanda cuando declaró una emergencia al perder altitud, lo que llevó a que se abrieran inesperadamente los compartimentos superiores y las consecuentes heridas a 50 de los pasajeros, también obligó a la caída de las mascarillas de oxígeno, creando un entorno de pánico entre los pasajeros, y a la estabilización del avión mediante acciones de control “rápidas” aplicadas por los pilotos.

Esa acción “rápida” de los pilotos generó más susto y lesiones, pero a la vez evitó una catástrofe en un avión que llevaba 263 pasajeros y 9 tripulantes.

Aparentemente la emergencia ocurrió porque un tripulante, con sus piernas, desactivó de forma temporal el piloto automático, al mismo tiempo que capitán y copiloto no tenían control del Boeing 787 Dreamliner.

La FAA ordena a las aerolíneas revisar si en sus aeronaves estos interruptores, como obliga la ley, tienen carpetas protectoras o tapas, y si estas están demasiado cerca de los asientos del capitán o del copiloto y si podrían, accidentalmente, ser manipuladas sin que ellos lo adviertan.

¿Qué historia tienen los aviones Dreamliner de Boeing?

Esa medida se suma a otra declarada por la FAA en julio, cuando ordenó revisar 2.612 aviones de la compañía Boeing para asegurar que las mascarillas de oxígeno funcionaran durante una eventual emergencia.

También a la orden interna de Boeing de parar la construcción de su nuevo avión, el B 777X, y suspender las pruebas de vuelo al encontrar fallas en los soportes de uno de los motores.

Además, es complementaria de medidas de control sobre aviones de las series 737 MAX y similares, tras los accidentes de Indonesia y Etiopía, donde murieron 346 personas.

Estos accidentes, según la investigación posterior, ocurrieron porque un software de aeronavegabilidad tomaba “control de elementos claves del avión durante los procesos de despegue o aterrizaje”, sin que capitán o copiloto pudieran controlarlo y así evitar la caída del avión.

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Este año y tras la investigación de esos accidentes, Boeing se declaró culpable de ocultar información de cumplimiento y seguridad de su aeronaves a los entes reguladores de la aviación en Estados Unidos, lo que le generó una multa de 244 millones de dólares, que se suma a otra que además la obliga a invertir 455 millones de dólares en sistemas de seguridad de los aviones.

Pero a la vez sigue el juicio de las familias de las 346 víctimas de los accidentes de Indonesia y Etiopía, que piden 24.800 millones de dólares en compensación.