Meter al presidente Gustavo Petro en una lista de narcotraficantes no combare al narcotráfico, lo politiza, señala la congresista Catherine Juvinao y agrega que encuentra peligroso “…ese castigo a lo que en el fondo es una pelea ideológica con el presidente de Colombia”.
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Esta es la reflexión de la congresista Catherine Juvinao:
“Como congresista colombiana encuentro muy peligroso que el presidente Donald Trump use una herramienta creada para identificar a narcotraficantes —la lista OFAC— como castigo a lo que en el fondo es una pelea ideológica con el presidente de Colombia.
Una decisión tan delicada debe venir acompañada de pruebas claras. Este mecanismo no debe instrumentalizarse para tramitar una pelea política personal, además, en condiciones totalmente asimétricas.
También es cierto, yo misma lo he denunciado en el Congreso, que la Paz Total ha permitido que estructuras armadas ilegales se fortalezcan —eso no se puede negar—, pero meter al presidente Petro en una lista de narcos no combate el crimen: lo politiza e inclusive debilita la lucha que nuestro país ha dado por décadas, poniendo toda la sangre y todos los muertos en medio de una guerra que no tiene sentido ni solución.
También hay que decirlo: ha sido sumamente irresponsable por parte de nuestro presidente pensar que un enfrentamiento verbal desmedido con el gobernante más poderoso del mundo no tendría consecuencias. Las relaciones internacionales no se manejan con trinos impulsivos sino con diplomacia y respeto entre Estados.
Llamo al restablecimiento de relaciones armónicas entre ambos países, a entender que está en medio el bienestar de centenares de miles ciudadanos colombianos y estadounidenses, y sobre todo a comprender que las diferencias ideológicas y personales entre mandatarios no pueden poner en jaque relaciones que se han construido a través de años de cooperación y acuerdos.
Esto no se trata de ser petrista o trompista.
Ambos pueblos debemos exigir la mayor responsabilidad y la mayor sensatez. Las relaciones bilaterales no pueden quedar reducidas a una pelea de egos. Ese no es el rol al que están llamados nuestros presidentes”.


