Cuando Cristiano Ronaldo fichó por el Real Madrid en el verano del 2009, muchos medios, tanto españoles como internacionales, vaticinaban el comienzo de una gran rivalidad entre el astro portugués y Lionel Messi, quien había tomado el legado de Ronaldinho para convertirse en la gran estrella del Barcelona.
Precisamente unas pocas semanas antes del arribo a la capital española y aun jugando para el Manchester United, Cristiano Ronaldo vio como el equipo culé, eterno rival de su futuro club, le arrebataba la posibilidad de ganar su segunda Champions League consecutiva en la final jugada en Roma. Un pequeño Messi se levantó por encima de la defensa inglesa para marcar el gol que sentenciaría esa final por 2-0.
El orgullo de la estrella del Manchester estaba herido y fue a buscar revancha a España. Su llegada al club blanco fue una de las más mediáticas y en su momento la más costosa de la historia, con 94 millones de euros que hoy parecen una cifra corta para los grandes traspasos de jugadores. La prensa madrileña se esperanzaba pues a la creciente estrella de Messi le aparecía su contraparte en la vereda opuesta. Poco se sabía que en ese momento estaba naciendo, quizá, la rivalidad futbolística más grande entre jugadores contemporáneos.
Así veían la llegada de Cristiano algunos medios españoles
El inicio no fue fácil, pues el Barcelona de Guardiola había perfeccionado aquel fútbol que hizo famosa a la selección holandesa de Johan Cruyff (mentor del mismo Guardiola) y se mostraba imparable a nivel español y europeo.
En su primera temporada CR9 (pues al llegar el dorsal 7 aún le pertenecía a Raúl) marcó 33 goles en 35 partidos, una marca personal que desafortunadamente para él no se reflejó en títulos pues la Liga fue Culé y la Champions (cuya final en esa temporada fue precisamente en Madrid) fue para el Inter de Milán, y en los Clásicos con el Barça el Merengue se vio diezmado. Pero con la llegada de José Mourinho al banco en la 2010-2011, el Real empezó a hacerle más frente a su rival, ganándole la final de la Copa del Rey con gol del ahora llamado CR7 además de ser esta la temporada en que por fin le anotaría un gol al equipo de Messi.
A partir de allí las cosas para Cristiano Ronaldo y por ende para el Madrid mejoraron considerablemente. Un año más tarde alzaron la Liga tras varios años de sequía y cortaron una hegemonía de tres años azulgrana.
Pero fue el 2013 en que Cristiano cortó la racha de 4 balones de Oro que Lionel llevaba de forma consecutiva. Tras una fantástica temporada (por lo menos a nivel personal) donde anotó 55 goles en la misma cantidad de juegos, alzó su segundo galardón que lo estableció como el mejor del mundo de nuevo y recortando su distancia con el argentino.
Pero había algo con lo que el ex Manchester estaba en deuda con el merengue. Y era aquello que precisamente había conseguido con su anterior club: Ganar la UEFA Champions League. El Madrid llevaba 12 años sin alzar el trofeo del cual es el más ganador. Con un equipo maravilloso del cual hacían parte Gareth Bale, Karim Benzema, Marcelo, Iker Casillas, ángel Di María, Xabi Alonso, entre otros, y comandados por él, alzaron la tan anhelada “Décima” que por más de una década fue esquiva en la 13/14. El delantero se había consagrado como una leyenda madridista y lograría un nuevo Ballon D’Or.
Aunque un año más tarde Messi y el Barcelona ganarían el certamen, en el 2016 iniciaría la racha de tres ligas de campeones consecutivas, algo sin precedentes con el actual formato del torneo, alcanzando 5 en su cuenta personal y convirtiéndose en el máximo goleador de toda la historia con 120 dianas, superando a Messi en la competencia europea.
Y así se despidió CR7 del club que lo convirtió en leyenda, con 16 títulos, 450 goles y miles de alegrías para la afición blanca en el mundo entero, que hoy ve como acaba una era dorada en la que dos futbolistas determinaron el rumbo del fútbol durante casi 10 años en plazas rivales. La Juventus de Juan Guillermo Cuadrado será el nuevo hogar de, quizá, el mejor futbolista luso de todos los tiempos.