El alcalde Daniel Quintero Calle guardó “silencio administrativo” sobre si se declaraba impedido o no para aplicar las medidas de bioseguridad médica al proceso de recoger las firmas para su revocatoria, lo que en la práctica significa que le dio la razón a quienes la promueven.
El llamado silencio administrativo es un mecanismo que le da la ley a los ciudadanos, al obligar a los funcionarios públicos a contestar requerimientos en un tiempo ya definido, de no hacerlo, se entiende que se está de acuerdo con lo solicitado y los ciudadanos pueden actuar en concordancia.
“Al quedarse callados nos dieron la razón, como quien dice el que calla otorga”, señaló la abogada Yesenia Bedoya al informar sobre la acción judicial.
Ese silencio significa que Daniel Quintero Calle le da la razón a quienes piden su revocatoria y por eso Bedoya, líder de uno de los movimientos de revocatoria que se registró en Medellín, notificó a la Registraduría Nacional que se acoge al Artículo 58 del Código de Procedimiento Administrativo cumpliendo con lo dispuesto para proceder a «invocar el Silencio Administrativo Positivo.»
Al aplicar el silencio administrativo positivo, los delegados de la Registraduría están en la obligación de entregar las planillas para la revocatoria, o de lo contrario, estarán incursos en una medida disciplinaria.
“La ley dice que el silencio administrativo positivo es de aplicación inmediata. Se quedaron callados, nos dieron la razón, aplicamos la ley”, agrega Bedoya.
Lo que significa que este lunes la Registraduría, sí o sí, tiene que entregar las planillas para empezar en firme el proceso de revocatoria de Daniel Quintero Calle y el grupo de políticos que tienen a Medellín en la peor crisis de su vida como ciudad.
Ve la explicación de Yesenia Bedoya y lo que generará: