Iván Duque es cuestionado nuevamente por Gustavo Álvarez Gardeazábal en su columna de El Jodario, esta vez porque “Ahora quieren vendernos la idea de que nunca hubo paz” y meternos “otra vez en la guerra”.

Así le da palo El Jodario a Iván Duque Márquez, presidente:

LOS EQUIVOCADOS ESFUERZOS DEL GOBIERNO URIBE/DUQUE EN HACERNOS CREER QUE NO HAY PAZ:

Colombia firmó, con el apoyo y presencia de padrinos internacionales, un pacto de paz con las Farc. Por un vanidoso error del presidente Santos las comisiones que negociaron ese final de la guerra no estaban integradas por partidarios del expresidente Uribe y, como al final del ciclo le entregaron a Santos el Nobel de Paz, tan valioso pacto de entendimiento no fue presentado como un acuerdo nacional y quedó apenas convertido en la paz de Santos, no de Colombia.

Para acabar de completar y en un acto democrático pretendieron que el país le diera aprobación en un referéndum y eso no se consiguió. De aquel momento para acá, el expresidente Uribe ha atacado en forma machacona tal convenio y desde el gobierno de su ahijado el señor Iván Duque lo han bombardeado jurídica y mediáticamente y en forma tan grotesca que internacionalmente han terminado convertidos en enemigos de la paz.

Ahora quieren vendernos la idea de que nunca hubo paz y apelando a la existencia de grupúsculos del ELN y distintas Bacrim que el ejército bajo el mando de Duque no parece combatir decididamente, apuestan a que el país vuelva en breve a la guerra.

A LA POLICIA LA TIENEN HACIENDO LO QUE NO ES:

Ante la necesidad de complacer al gobernante que dictó un decreto modificando la ley de la dosis personal, y aleteados por las pingües ganancias que deja la aplicación del absurdo Código de Policía que nos aportó como herencia el señor Santos, los policías de Colombia se han dedicado a hacer lo que no es.

Por las redes se han visto repetidos videos de policías persiguiendo a los vendedores ambulantes o requisando absurdamente a cuanto transeúnte creen sospechoso, no para prevenir el delito sino para decomisarle su dosis personal y satisfacer el capricho de quien gobierna.

Y ni que decir de los retenes en las carreteras, especializados en detener los carros de alta gama pero dejando pasar a los asaltantes de buses, como sucedió esta semana con un trágico balance en un bus de Expreso Trejos entre Cali y Palmira.

Mientras tanto, la zozobra reina en las ciudades donde ladrones, atracadores y sicarios siembran el terror y repletan los muertómetros con que miden la seguridad o precipitan el pánico en los hogares que no tiene medición alguna.