Jhon Fredy Cardona Monsalve alias el cabo es un reconocido fletero que las autoridades buscaban desde hace un año, acusado de varios robos en los barrios Laureles y El Poblado.
“En coordinación con la Fiscalía General de Nación y con la información oportuna de la ciudadanía, se logró la captura mediante orden judicial de Jhon Fredy Cardona Monsalve alias el cabo quien se dedicaba a intimidar a las personas mediante la utilización de armas de fuego para luego hurtar sus pertenencias”, reseña la Policía Metropolitana en el boletín de prensa.
El procedimiento policial de captura, de quien se hace llamar “el cabo”, se realizó en la carrera 44 con calle 81 barrio Manrique de Medellín, luego de un proceso investigativo que inició el mes de septiembre del 2018, cuando mediante la modalidad de fleteo hurtó a una mujer despojándola de dos anillos de oro.
“Es allí cuando los policiales de investigación criminal iniciaron el proceso de recolección de pruebas a través de entrevistas y declaraciones de la víctima, reconocimiento en álbum fotográfico y la búsqueda selectiva en bases de datos; lo anterior permitió la plena identificación y ubicación de este delincuente.
Otras dos personas más fueron víctimas del capturado, a quienes les hurtó celulares, joyas, entre otros elementos de uso personal.
Jhon Freddy Cardona Monsalve alias el cabo, tenía como modus operandi la marcación de las víctimas, preferiblemente quienes se encontraban en centros comerciales y zonas de recreación, les realizaba seguimientos en motocicletas utilizando en ocasiones vestimenta de estudiante y/o mensajero; de igual forma, usaba motocicletas de bajo cilindraje y aprovechando la congestión vehicular, hurtaba las pertenecías a los conductores y acompañantes, intimidándolos por las ventanillas con arma de fuego. Dicha actividad delincuencial se hacía más frecuente en barrios como Laureles, Poblado, Belén, Conquistadores y otros lugares de la ciudad de Medellín.
El capturado como medida para evadir a las autoridades se acompañaba de otros sujetos en motocicletas que le servían como escoltas, y así le permitían un escape rápido; este a su vez, intercambiaba la motocicleta en la cual se movilizaba y sus prendas de vestir, con el fin de seguir con sus actividades delictivas.