La Junta Directiva de Twitter aceptó la propuesta de Elon Musk y la red social pasará a manos del multimillonario, considerado el hombre más rico del mundo.

Ya Musk era dueño del 9.2 por ciento de acciones de Twitter, las cuales compró a cerca de 30 dólares cada una, para un total de 2.890 millones de dólares.

Según la comunicación pública, Elon Musk ofreció 54.20 dólares (cincuenta y cuatro dólares y veinte centavos) por cada acción de Twitter, lo que significa que los actuales propietarios recibirán 206.990 pesos colombianos por cada acción que posean (el dólar hoy en Colombia se cotiza a 3.819 pesos).

Ese precio en dólares lleva a que el valor total de venta de la compañía sea de 44 mil millones de dólares, es decir 168.036.000.000 millones de pesos colombianos o 168 billones de pesos.

Esos 168 billones representan casi la mitad del presupuesto de Colombia para el año 2022, aprobado por las comisiones económicas del Senado y Cámara de Representantes en 350.4 billones de pesos.

Del total de $ 350 billones del presupuesto, Colombia invertirá 49.3 billones en educación y 41.9 billones en defensa.

Elon Musk es dueño de Tesla, la compañía de vehículos eléctricos, y de la aeroespacial Space X, que alquila a la NASA las aeronaves para ir al espacio y que prepara el regreso del hombre a la Luna y su primer viaje a Marte.

¿De dónde saldrá la plata para comprar a Twitter?

Aunque la fortuna de Musk, calificado como el hombre más rico del mundo, es de 226 mil millones de dólares, en entrevistas con los medios de comunicación había asegurado que no tenía el dinero “líquido” para comprar la red social, pero que podía conseguir 24 mil millones de dólares mediante la venta de acciones de otras compañías y propiedades suyas.

Y que los veinte mil millones de dólares restantes estaban asegurados mediante “préstamos bancarios”.

Esta mañana de lunes, seguro de que su propuesta no iba a ser rechazada, Elon Musk había pedido a Twitter activar de nuevo la cuenta de Donald Trump, suspendida por la compañía ante las “Fake News” o mensajes falsos que se dedicó a publicar el entonces presidente de Estados Unidos durante la campaña electoral.

Esa propuesta preocupó a sectores sociales, y a la propia Casa Blanca, que pidieron se estudiara la venta, ante la posibilidad de que Twitter se convierta en el arma preferida de la extrema derecha norteamericana.

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